La confirmación de la muerte de Li Wenliang, el médico que alertó en diciembre del año pasado sobre el brote de coronavirus, multiplicó las críticas a las autoridades chinas por no haber tomado en serio al oftalmólogo de 34 años, quien murió ayer por enfermedad en Wuhan.

Li había advertido a través de Weibo, la red social más usada en China, de un posible brote, similar al del SARS, la epidemia de 2002. Efectivos policiales lo interrogaron y lo conminaron a no divulgar “comentarios falsos”, ya que su mensaje había “alterado severamente el orden social".

Pocos días después se produjo el brote y Li se contagió. Estuvo internado en el Hospital Central de Wuhan y el jueves circuló la versión de que había fallecido: el hospital donde estaba internado desmintió la noticia y afirmó que estaba grave tras haber sufrido un paro cardíaco. Solo más tarde confirmó su muerte.

El caso llegó al Tribunal Supremo de China, que criticó la manera en que la Policía de Wuhan había tratado al médico ahora fallecido. Weibo, mientras tanto, se llenó se mensajes de condolencias.

"Los héroes no caen del cielo, son personas normales que luchan por salir adelante", se lee en una imagen de Li que circula en las redes sociales. 

“Debemos recuperar su reputación y el gobierno tiene que disculparse”, advierte una usuaria identificada como Anye Memo. “Que no haya mentiras en el otro mundo, cuídense mucho los otros siete caballeros”, escribió, a su vez, Tushna Juqing, en referencia a los otros siete médicos acusados, al igual que Li, de haber difundido “comentarios falsos”.

La red social obtuvo más 1100 millones de vistas sobre la muerte de Li. Fue el segundo tema más debatido en Weibo. El primero era el pedido de ayuda del gobernador de Hubei, la provincia china donde se inició el brote, quien exhortó a los ciudadanos a través de las redes. WeChat, el equivalente chino de WhatsApp, también fue hegemonizado por el fallecimiento de Li. 

El gobierno de Wuhan, por su parte, hizo llegar sus condolencias a la familia de Li y lo homenajeó por estar “en la primera línea de la lucha contra la epidemia”. “No hay disculpas desde el gobierno, la gente común vive en un país que censura. ¡No habrá futuro si no se cambia el sistema!”, fue una de las respuestas que se escribieron en Weibo.

Un hombre con barbijo rinde tributo a Li en la entrada del Hospital de Wuhan. EFE

Mientras tanto, desde Beijing, el gobierno central aprobó una serie de medidas para aliviar la situación de las poblaciones afectadas, entre ellas deducciones fiscales. El Banco Central dispuso un fondo especial de 300 mil millones de yuanes (43 mil millones de dólares) para apoyar a los proveedores de insumos para detener la epidemia, como mascarillas, trajes de protección o esterilizadores.

Se estima que ya hay 31.161 infectados y 636 muertos, mientras que 1540 personas fueron dadas de alta.