“La situación de la Provincia es como toda la trayectoria de Kicillof, absurda”, señaló Sebastián Galiani en una reciente entrevista. El secretario de Política Económica en tiempos de Mauricio Macri consideró que Buenos Aires tiene una deuda "manejable” y que la actual renegociación “compromete al país por sus caprichos”. Luego dijo que “si Macri hubiera ganado las PASO no estaríamos hablando de un posible default, porque el riesgo país hubiera bajado y se le pediría al FMI renegociar el préstamo”. Por último, repitió que “lo que Argentina tenía que hacer fue lo que estuvo haciendo el presidente Macri: salir del populismo, insertarse al mundo y crecer exportando”.

La declaración del ex funcionario macrista es sorprendente, porque considera "manejable" una deuda que acumula vencimientos equivalentes al 18 por ciento del presupuesto de la provincia en 2020. Los 250 millones de dólares que finalmente Kicillof pagó esta semana son una porción menor de los pagos que debe afrontar este año. Según fuentes provinciales, el total de vencimientos suma cerca de 3400 millones de dólares entre capital e interes. Si se descuenta la deuda de la Provincia con el gobierno nacional (políticamente fácil de refinanciar), la deuda con privados ronda los 2100 millones de dólares, mayoritariamente en divisas y bajo legislación extranjera.

Semejante cifras de deuda son a todas luces inviables, ya que no hay posibilidad de refinanciamiento voluntario a raíz de que los mercados financieros internos y externos fueron detonados por la gestión Macri, en una provincia donde las necesidades sociales se multiplicaron al calor de la crisis económica generada por la administración que conformó Galiani.

Tan absurdo como su análisis de la deuda provincial es el de la trayectoria política de Kicillof. Un profesor e investigador de renombre en la universidad pública, que se desempeñó como economista de Aerolíneas Argentinas ganándose el respeto de la ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien lo impulsara al Ministerio de Economía y posteriormente como diputado nacional, hasta imponerse en la provincia de Buenos Aires por amplia mayoría luego de una campaña con escasos recursos y a puro esfuerzo militante. Acaso le parece absurdo que el renombre de Kicillof no haya sido ganado a fuerza de títulos en el exterior con el apadrinamiento de bancos extranjeros, organismos internacionales o grupos empresarios, como la mayor parte de los funcionarios de Cambiemos.

Las consideraciones de Galiani sobre la gestión Macri ya rozan la ciencia ficción. Sigue citando a Macri como presidente (¿será de la fundación FIFA?), habla de crecimiento en la pasada gestión (¿el famoso crecimiento invisible?) y atribuye la actual crisis al resultado de las PASO de agosto de 2019, cuando en realidad la debacle comenzó en mayo de 2018. Por otro lado, la supuesta mejora económica que hizo volar por los aires la devaluación programada por Macri tras el resultado de las PASO, sólo era una calma tarifaria y cambiaria temporal que había permitido el FMI unos meses antes de las elecciones para tratar de evitar la derrota electoral del entonces oficialismo.

@AndresAsiain