Kristalina Georgieva, titular del FMI, dio un golpe de timón al frente del organismo al dejar afuera al número dos, David Lipton. El primer subdirector gerente, delegado de los Estados Unidos en la gestión diaria del Fondo, se irá a fines de febrero, después de pasar nueve años en su cargo. Junto a Christine Lagarde, quien también se fue del Fondo, Lipton tuvo una intervención protagónica en la aprobación del préstamo de 57 mil millones de dólares a la Argentina, destinado a salvaguardar la presidencia de Mauricio Macri. Ahora se espera que los republicanos o el propio presidente estadounidense, Donald Trump, designen al sucesor de Lipton. Georgieva junto a su nuevo número dos encabezarán las negociaciones con el gobierno de Alberto Fernández para reestructurar la deuda pública nacional. El presidente argentino indicó este viernes que durante su gira por Europa "nuestro país recibió importantes apoyos para renegociar la deuda con el Fondo Monetario y poder volver a crecer".
Lipton fue una pieza clave de la relación entre el gobierno de Mauricio Macri y el FMI. Como delegado de Trump en el organismo, fue la vía natural para ejercer presión para la aprobación del rescate récord que permitió estirar el naufragio de la economía de Cambiemos. Lipton, Lagarde y el jefe de la misión argentina, el italiano Roberto Cardarelli –reemplazado por Luis Cubeddu—fueron las caras visibles de la relación entre el FMI y el gobierno nacional y ninguna sigue en su cargo. Hasta ahora sí se mantuvo en pie el argentino Alejandro Werner, director del Departamento del Hamisferio Occidental.
El préstamo del FMI para Argentina que fue aprobado por un total de 57 mil millones de dólares representó casi el 10 por ciento del PBI nacional, lo cual ubicó a Macri como el presidente que más apoyo del organismo recibió en la historia argentina. Asimismo, implica cerca de la mitad del total de la actual cartera de préstamos del Fondo. Aun así, la gestión anterior hundió a la economía nacional en una profunda crisis de la cual no podrá salir sin una reestructuración de su deuda externa, tanto con bonistas privados como con el propio Fondo. Para peor, Lipton fue el primer encargado del FMI en presionar al equipo económico de Macri para que los dólares del préstamo no se usaran para equilibrar el mercado de cambios. “La buena noticia es que el país ha implementado las políticas que diseñaron en el programa. Los llevaron a cabo y está dando sus frutos”, decía Lipton el 15 de julio del año pasado. La principal mochila que cargan los líderes del Fondo es que la economía naufragó justamente a causa de que se siguieron al pie de la letra las recetas del organismo.
El resultado del programa fue catastrófico, en parte porque estaba la idea de que el dólar es como cualquier otro bien, es decir, que cuenta con un mercado en donde se reduce la demanda si aumenta su precio. Federico Sturzenegger, primer presidente del Banco Central bajo la presidencia de Macri, fue el principal exponente local de esta mala praxis económica. Con la crisis total sobre la mesa, Lipton terminó cediendo y dejó que Nicolás Dujovne y Guido Sandleris vendieran dólares para evitar nuevas corridas cambiarias. Todo con tal de que el peronismo no volviera el gobierno.
La salida de Lipton se da “en el contexto de cambios que ella –en relación a Georgieva—irá haciendo en el equipo de liderazgo del organismo”, dice el comunicado oficial del Fondo. Lipton tuvo una primera etapa de ocho años en el Fondo en la década del `80, en el área de “estabilización económica de mercados emergentes y países pobres”. Entre 1989 y 1992 trabajó en la Universidad de Harvard y luego se desempeñó como subsecretario de Asuntos Internacionales del Tesoro norteamericano entre 1993 a 1998. Luego participó del equipo de asesores económicos de la Casa Blanca. Gracias a sus vínculos en la política norteamericana, en 2011 se ubicó como número dos del FMI.
La incipiente relación entre el gobierno argentino y Georgieva viene ganando grados de entendimiento, con gestos de ambos lados. Días atrás, la titular del Fondo se reunió con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y también participaron de un seminario organizado en el Vaticano. “Hay que resolver la cuestión de la deuda porque representa un cepo al desarrollo económico de Argentina”, reiteró este viernes el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.