Nazareth Dos Santos dice que, cuando nació su beba y volvió a las canchas, soñaba con jugar cargándola a ella, para unir las dos cosas que más ama en el mundo: su hija Eluney Valentina, y el fútbol. Lo que no recuerda la futbolista es que eso sí sucedió: la defensora de Independiente se desempeñó embarazada hasta los cuatro meses, sin saberlo, gestando a la beba que ahora lleva ese mismo tiempo viviendo fuera de su panza.
Su último partido antes de la pausa del embarazo fue la derrota 4-2 que sufrieron en La Plata ante Estudiantes, un día lluvioso. "Cuando estaba embarazada y ya no podía jugar, extrañaba un montón el fútbol. Iba a las canchas del barrio, en Claypole, y tenía unas ganas bárbaras de patear y ponerme jugar", recuerda la joven de 18 años.
La pequeña Eluney nació para el comienzo del primer torneo femenino semiprofesional, el 28 de septiembre del año pasado, después de sólo cinco minutos de trabajo en la sala de partos. A las tres semanas y con el alta de su doctora, la jugadora volvió a entrenar. Y con su hija de un mes y medio de vida, volvió a jugar un partido. Fue en el estadio Libertadores de América y le ganaron 5-2 a Excursionistas. En el entretiempo, le llevaron a su hija al vestuario y, en medio de las indicaciones para el segundo tiempo, le dio la teta. "Cuando volví al fútbol sentí que me volvía el alma al cuerpo -dice, sincera y entre risas-. Cuando Diego (Ríos) me dijo que entraba, casi me largo a llorar. La gorda estaba en la cancha, con las chicas que no fueron citadas y con su papá. Me acuerdo que yo jugaba y miraba para afuera, a ver quién la tenía. Y pensaba, por dentro: ¿No puedo correr con la beba a upa? ¡Si son mis dos amores!".