Por si alguien estuviera preocupado por la deuda externa, por si hubiera quien sospechara que la economía corría algún grave riesgo si no se alcanza alguna suerte de acuerdo con los acreedores antes del 31 de marzo, la ex ministra de Seguridad y flamante presidenta del PRO, Patricia Bullrich, hizo su reaparición pública despejando cualquier tipo de inquietud. En cuestión de deuda, todo lo que se dice consiste en "una exageración del gobierno de Alberto Fernández para tener más tiempo".
Bullrich aseguró que el nivel de deuda contraída por el gobierno de Cambiemos "es absolutamente compatible y normal en cualquier país" y señalar que fue demasiado elevada "es una exageración, que tiene que ver con los intentos del gobierno de abrir márgenes políticos".
Además, sostuvo que, durante la administración de Mauricio Macri, se dejó "una negociación con el Fondo Monetario Internacional" encaminada, porque es plata prestada "con intereses muy bajos". Y no sólo eso: también concluyó que si el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, "después de haber dicho no tengo, no puedo, pagó todo en un minuto y medio, significa que lo que había dicho antes no era la realidad”.
La realidad no contada por Patricia Bullrich es que fue tal el nivel de exposición del sobreendeudamiento del gobierno de Macri, que en abril de 2018 se quedó sin crédito externo, con el cual comprometió al país en un volumen de préstamo record, de 57 mil millones de dólares, del cual su gobierno sólo recibió 44 mil millones porque en septiembre de 2019 el organismo internacional decidió interrumpir los desembolsos.
Tanto la programación de las devoluciones de ese préstamo como los vencimientos pactados con la emisión de títulos en el mercado financiero, llevaron a que, a la fecha de cambio de gobierno, el gobierno nacional tuviera por delante compromisos de pago por alrededor de 57 mil millones de dólares en 2020, 30 mil millones en 2021, 42 mil millones en 2022 y alrededor de 36 mil millones en 2023.