Tiene a Kylian Mbappé y a Neymar, obtuvo seis de las últimas siete ligas de Francia y es puntero con 12 puntos de ventaja en 24 fechas. A París Saint-Germain le viene siendo muy fácil competir en su país y ahora, encima, lo ayudan los rivales.

Por lo menos esa es la impresión que quedó después del encuentro que jugaron los capitalinos frente a Olympique Lyon este domingo, que terminó 4-2 para los locales. Cuando la historia ya estaba 2-0 para PSG a los 46 minutos (goles de Angel Di María y Mbappé), un contrataque comandado por el niño maravilla francés y mal definido (por duplicado) por el alemán Julian Draxler terminó en el 3-0 parisino. ¿Cómo? Gracias a la gentileza de los defensores visitantes.

No una sino dos veces los jugadores de Lyon corrigieron las malas decisiones de Draxler. Primero, cuando el alemán -ante la salida del arquero- tocó al medio donde no había ningún compañero suyo. Allí, el brasileño Thiago Mendes le devolvió la pelota casi amablemente, con el germano habilitado en inmejorable posición al lado del arco.

Con la pelota nuevamente en sus pies, Draxler volvió a mandar el pase atrás y, otra vez, directamente hacia un rival: el también brasileño Fernando Marçal, quien dentro del área chica y de cara a su propio arco la mandó a guardar ante la incredulidad de propios y extraños.


Finalmente, Olympique intentó dejar una mejor imagen y se puso a tiro del empate con goles de Martin Terrier y Moussa Dembelé pero, a los 78, el ingresado Edinson Cavani definió la historia para el PSG, que sigue mirando cómodo a sus competidores en la Ligue 1.