¿Capitanear el Cartel de Sinaloa? Hecho. ¿Escapes inverosímiles de prisiones de máxima seguridad? También. ¿Ser entrevistado por Sean Penn en cautiverio? La vida de Joaquín Guzmán Loera era lo demasiado ficcionalizable como para no contar con su propia serie. Y eso es justamente lo que se puede ver por estos días por la pantalla de A&E (de lunes a viernes 22.50). El Chapo retrata su ascenso en el narcotráfico mexicano, las fugas que lo hicieron conocido, su faceta como asesino implacable y hombre de familia. Marco de la O (Rambo V) fue el elegido para componer al hombre que posee una imagen reconocible y se desconoce el resto. “Al principio fue un problema porque no tenía audiovisuales en los que pudiera ver cómo caminaba o hablaba. Desde esa carencia, lo que hice fue crear un personaje a partir de mí. Y me parece que funcionó muy bien. Tenía miedo de que la gente no lo recibiera, de que mi versión fuera incrédula. Pero creo que la gente lo recibió muy bien, porque tampoco lo conoce”, asegura el actor entrevistado por Página/12.
La serie tiene todos los componentes del narcoexploitation: violencia, corrupción y, claro está, un imperio de drogas comandado por un sujeto sorprendente. “Inverosímil es como el gobierno, y lo voy a decir como El Chavo del Ocho, como el gobierno 'sin querer queriendo' crea a El Chapo Guzmán. Al monstruo. Ellos querían agarrarlo, minimizarlo y lo hicieron más famoso. Cuando se escapa, se vuelve más famoso. Cuando lo agarran, se hace más famoso. Cuando se vuelve a fugar en esa escapada monumental, se vuelve más famoso. Y lo inverosímil es que lo crearon ellos y después se les salió de las manos”, confiesa el intérprete.