Mario Saravia tiene 41 años y es de El Quebrachal, de muy chico comenzó a escribir y poco a poco se fue animando a mostrar su obra. Primero ante su familia a través de cartas y luego en sus espacios de trabajo, regalándole poemas y cuentos a compañeros y clientes. Participó en clínicas y talleres literarios y adoptó nuevos conceptos de escritura hasta llegar a su primera publicación llamada “Formas Humanas” editada por la editorial Gerania, de la vecina provincia de Tucumán.

Si bien la poesía y narrativa de Mario son algo que se encuentra fácilmente en internet, la idea de una publicación siempre fue un anhelo y un trabajo arduo. Comenzó asistiendo a los talleres de Idangel Betancourt donde adquirió muchas herramientas y nuevas técnicas de escritura “además de conocer autores, porque yo soy un escritor de esos que comienza escribiendo y luego lee”, explicó Saravia.

Amalgamar su trabajo con su necesidad de escribir fue algo clave a la hora de estabilizarse “antes no duraba mucho en los trabajos, y en mi actual trabajo logré encontrar la forma de compartir con los clientes mis escritos entre venta y venta, ofreciéndoselos según la cara. Así fue que llegué a la Clínica de Poesía, porque casualmente le pasé un poema a una de las hermanas de Fernanda Álvarez Chamale quién me puso en contacto con ella y comencé a participar de este espacio y a interactuar con personas que estaban en una sintonía parecida a la mía”.

No conforme con el estímulo de la Clínica continuó explorando en el campo literario salteño y llegó a un taller dictado por Rodrigo España “ahí encontré la forma de salir del neutro, de trabajar la salteñidad como herramienta literaria y poder hacer de eso un recurso a la hora de componer un cuento o un poema, si bien Rodrigo no es salteño, me mostró la manera de trabajar en esa identidad a la hora de construir un relato”.

La necesidad de compartir sus escritos se fue convirtiendo en una estrategia para encontrar espacios y salir y ser valorado “te puede condicionar o afectar, pero a mí por suerte o por esa situación rara de estar en un mostrador repartiendo poemas, me sirvió”, remata Saravia entre risas.

Llegar a publicar Formas Humanas fue un trabajo personal como autor y como “Saravia Pobre”, forma en la que, ironizando con ese extendido apellido tradicional y de alta alcurnia salteño, se autoproclama Mario.

En los últimos tiempos se dedicó a introducirse en el mundo de la narrativa y la poesía para pulir su obra, sacarle toda su identidad e impronta y cuando se sintió seguro salir a jugar sus mejores cartas.

“En la presentación de un libro de una amiga, llamada May Rivainera conocí a la editorial Gerania y me dio curiosidad. Al tiempo vi en su Facebook que tenían una convocatoria y les envié una selección de cuentos que estaban todos conectados entre sí. Después de mandarla vi que la convocatoria había terminado en abril del año anterior y les escribí para preguntarles si les interesaba mi obra. De la editorial me respondieron que sí les interesaba y que sería la primera publicación de narrativa que llevarían adelante. Casi lloro de emoción”, y sigue “esta publicación salió cuando tenía que salir, cuando sentí que estaba como yo quería”.

El libro de Saravia es un libro maduro que recorre con humor y acidez el día a día de un trabajador salteño que marca un surco de camino hacia su trabajo a la hora de la siesta, calando hondo en la identificación del lector y pega un giro de 90 grados donde aparece un onanista espiando a una pareja de vecinos del barrio y sin pestañear te lleva a un niño que jode a la siesta en el calor de El Quebrachal y corre para que la abuela no le pegue con una ramita de sauce llorón.

Entre esas formas humanas aparece Mario endeudado, cansado, podrido de la explotación laboral y que en sus horas muertas de crisis macrista inventa personajes videntes creando metáforas en el campo literario o como dice la contratapa “En el horizonte literario actual donde sigue predominando el realismo somnífero, Mario Saravia siembra minas que desestabilizan la costumbre, tensionan las interpretaciones, de lxs lectorxs, al tiempo que nos saca a bailar en un campo minado. Formas Humanas también explora nuevas posibilidades del humor y no como tema secundario, si no como un eje que une a todos los relatos y les da una vida más cercana a lo lúdico y la experimentación”.

¿Dónde se consigue?

Con alma de vendedor, Mario Saravia explica que “Gerania es una editorial que tiene distribución solo en Tucumán, así que en Salta a mis libros los vendo yo. Me pueden escribir a mi Facebook https://www.facebook.com/mario.saravialandriel o a mi instagram @mario.saravialandriel, coordinamos un encuentro y hacemos la transacción”, finaliza este nuevo, o no tan nuevo, autor salteño.