El gobierno nacional lanzó este lunes una línea de financiamiento para pymes a una tasa bonificada del 27,9 por ciento para clientes del Banco Nación y de 29,5 por ciento para los que no forman parte de la cartera de la entidad oficial. En ambos casos, son valores que están por debajo de la expectativa de inflación para el año que tienen consultoras privadas. El crédito podrá utilizarse para recomponer capital de trabajo, como por ejemplo, para la adquisición de materias primas o el pago de salarios. Las entidades pymes celebran la medida, aunque advierten que la economía sigue frenada y por eso todavía no hay incentivos suficientes para invertir en aumentar la producción y el empleo. Los créditos subsidiados se suman a la moratoria de la AFIP. Ambas iniciativas (moratoria fiscal y créditos a tasas bajas) fueron replicadas por la provincia de Buenos Aires.
El gobierno busca no perder la iniciativa a pesar de que buena parte del escenario económico está a la espera del reordenamiento que la negociación de la deuda externa. El resultado de ese trámite definirá, entre otras cosas, qué flujo de divisas el país dejará de utilizar para pagar la deuda externa y en cambio podrá disponer para financiar la inversión privada y el crecimiento. Asimismo, permitirá al gobierno dar definiciones sobre el resultado fiscal y, por ende, sobre la capacidad para hacer política expansiva a través de subsidios o rebaja de impuestos.
Mientras el tema de la deuda comienza a entrar en etapa de definiciones, el gobierno lanza salvavidas para evitar que la situación de las empresas continúe deteriorándose. “Con esta línea buscamos contribuir a recuperar el crédito a tasas razonables así como llevar más alivio a la situación financiera de las micro, pequeñas y medianas empresas para que puedan ponerse en marcha y volver a crecer”, indicó el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en la presentación de la nueva línea de financiamiento junto al titular del Banco Nación, Eduardo Hecker y el secretario Pyme, Guillermo Merediz.
El nuevo esquema de financiamiento cuenta con un total de 10 mil millones de pesos y un monto máximo de 5 millones de pesos por empresa. La línea busca apuntalar el capital de trabajo y podrá destinarse a la adquisición de materias primas, pago de salarios u otros gastos. El BNA financia la totalidad del proyecto presentado y el plazo de repago es de 12 meses. La tasa de interés es del 27,9 por ciento, bonificada por el aporte del Estado en unos 20 puntos en relación a la tasa de referencia del Banco Central. Para las empresas no que sean clientes integrales del BNA, la tasa es del 29,5 por ciento.
Uno de los factores que hizo demorar el lanzamiento de esta línea subsidiada, dicen en Economía, es que se venía esperando que la tasa de referencia llegara a un nivel tal que permitiera minimizar el peso del subsidio de tasa. Esto no quiere decir que la tasa no seguirá bajando, pero sí que en esta coyuntura (previa a la reestructuración de la deuda) la tasa pudo haber llegado a un piso.
"Las moratorias tanto de la Provincia como de Nación eran condición necesaria para que algunas pymes continúen subsistiendo. Por el lado de la línea de crédito subsidiada del Nación, el 27 por ciento está muy bueno, aunque también hay que tener en cuenta que todavía hay mucha incertidumbre acerca de qué va a pasar con la economía. La pregunta que muchos se hacen es, ¿tomar un crédito para qué?", consideró Salvador Femenía, especialista de la parte tributaria de Came y Feba. También advierte que en el caso de los créditos del Banco Provincia --que ofrece tasas que van del 25 al 28 por ciento-- tienen la desventaja de que exige que la nómina salarial de la empresa esté radicada en el Bapro.
Los créditos no están dirigidos a todo el universo de las empresas instaladas en el país sino que hay límite de facturación anual de 503 millones de pesos para las empresas de construcción, 425 millones para servicios, 1502 millones para comercio, 1190 millones para industria y minería y 345 millones de pesos para empresas agropecuarias.