Que el inicio era complicado era algo sabido por Lucas Pusineri cuando tomó las riendas de este Independiente golpeado a fines del año pasado: debut con River (1-2), visita a Boca (0-0) en la Bombonera y, previo encuentro con Rosario Central (5-0), el clásico de Avellaneda a domicilio (0-1). Lo que no podía suponer de ninguna manera el ex mediocampista -además del demoledor resultado ante Racing a pesar de tener dos hombres más- es con la cantidad de problemas que se toparía en materia de jugadores.
Sin más refuerzos para arrancar su ciclo que los regresos de Leandro Fernández y Braian Romero de sus respectivos préstamos, Pusineri ya perdió a uno de sus habituales titulares con sólo dos fechas jugadas (Pablo Pérez no pudo sobrevivir a la innecesaria expulsión ante Boca, aunque fue sólo la segunda en 35 partidos con el Rojo, y le rescindieron el contrato) y la posibilidad de que la lista de bajas crezca está muy latente. Los próximos en irse podrían ser el paraguayo Cecilio Domínguez y el volante Martín Benítez.
El delantero guaraní llegó a principios de 2019 desde América de México anunciado con bombos y platillos como la compra más cara del club de Avellaneda. Sin embargo, sus actuaciones estuvieron lejos de justificar los seis millones de dólares de su pase: ocho goles en 38 encuentros y un último clásico con expulsión incluida parecieron colmar la paciencia de los hinchas. Mientras que Benítez, un histórico del club pero fuera de los planes de Pusineri, podría ser cedido a préstamo.
La de Domínguez es una de las numerosas rutilantes incorporaciones de Independiente en los últimos años que no rindieron lo esperado, un rubro de decepciones liderado por los atacantes Sebastián Palacios, Cristian Chávez y Ezequiel Cerutti. Los dos primeros fueron comprados por cifras millonarias a mediados de 2019 y tan sólo seis meses después se largaron a préstamo. El tercero llegó a préstamo desde Arabia Saudita por un año a cambio de casi medio millón de euros y, tras su cesión, fue dejado libre y adquirido por San Lorenzo sin poner un peso.
Tampoco la suerte estuvo del lado de Independiente. Por caso, el tucumano Pablo Hernández y el uruguayo Carlos Benavídez -por los que el club puso tres millones y medio de euros aproximadamente en 2018- sufrieron sendas roturas de ligamento cruzado y no juegan desde septiembre último.
Mientras tanto, tres que llegaron a mediados de 2019 vienen teniendo presentes dispares. Lucas Romero (cuatro millones de euros a Cruzeiro) se ganó su puesto en el mediocampo y es una fija para el DT; Alexander Barboza (tres millones a River) tiene su lugar asegurado pero viene lidiando con lesiones; y el colombiano Andrés Roa (dos millones a Deportivo Cali) todavía le cuesta salir del banco de suplentes. Los tres esperan tener rápida revancha este jueves, cuando Independiente reciba al humilde Fortaleza de Brasil por el inicio de la Copa Sudamericana.