Con dos reuniones consecutivas, el Gobierno buscó dejar atrás la idea de una supuesta diferencia abierta con la gestión de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires por la política de seguridad. En su primera actividad del día en la Casa Rosada, Alberto Fernández recibió al gobernador, en un encuentro al que luego se sumaron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro. Más allá de las fotos sonrientes, también hubo un repaso sobre la complicada situación económica que atraviesa la Provincia, que es seguramente lo que más ocupa la cabeza de Kicillof. Para sellar la paz, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, se trasladó hasta La Plata para firmar con el secretario Sergio Berni el convenio que establecerá el marco en el que actuarán las fuerzas federales en territorio bonaerense, similar al que firmaron días atrás con Santa Fe. Por la tarde todo había vuelto a la normalidad aunque en Gobierno no se animaban a dar la cuestión por concluida dado el desconcierto que provocan las actitudes de Berni.
Kicillof buscó cerrar el episodio provocado en buena parte por su ministro y una carta que se filtró a los medios, de la que nadie se quiso hacer responsable. En el mensaje, que no tenía la firma del gobernador por lo que no tenía carácter oficial, Berni le reclamaba a Frederic más gestión y menos burocracia y que retirara de la Provincia las fuerzas federales. Son casi 7 mil efectivos, principalmente gendarmes, que están desplegados en barrios que se consideran de riesgo. A los intendentes del Conurbano se les pusieron los pelos de punta de sólo pensar en la posibilidad de que ese pedido se cumpliera. Según explicaban en la Casa Rosada, Berni pretendía tener el mando sobre esas fuerzas, algo que consideraban no sólo inaceptable sino inconstitucional.
Luego de varios mensajes y llamados, Fernández y Kicillof quedaron en verse ayer temprano. La ministra Frederic ya había hablado con el gobernador y convinieron la idea de un encuentro del que participara Berni para ponerle cierre al asunto. El Presidente estuvo de acuerdo, así que con el tema ya derivado la reunión en la Casa Rosada la ocupó mayormente la cuestión económica, que es lo que más tiene preocupado a Kicillof. Llevó una lista de rubros -subsidio al transporte, programas de infraestructura, tendido de aguaa y cloacas- en los que la Provincia dejó de recibir fondos cuando el macrismo cortó el chorro. Obviamente, también conversaron sobre la deuda luego de la fallida negociación bonaerense por el vencimiento del bono que vencía en enero. Ahora la idea es reperfilar el resto de la deuda en sintonía con la estrategia nacional.
"Tenemos la cabeza ocupada en la gestión, más allá de las maniobras de distracción en la que nos quieren meter", sostenían en la gobernación. Lo cierto era que el tema se disparó por la filtración de la carta que, todo sugeriría, salió del despacho de Berni. Kicillof hizo de anfitrión en el encuentro de la tarde con su ministro de un lado y Frederic y su segundo, Eduardo Villalba, del otro. Acordaron que Berni y Villalba conformarán una mesa operativa conjunta para coordinar el despliegue de las fuerzas federales en la Provincia. Berni emitió un comunicado considerando la reunión como "exitosa" porque lo pedía era justamente que se coordinara la actividad que desarrollarían las fuerzas federales. En el Gobierno decían que en verdad lo que él pretendía era tener el manejo de esas fuerzas.
En la Casa Rosada no se aventuraban a dar por cerrada la cuestión dado el perfil de Berni, que busca mostrarse casi como la contracara de Frederic con un fin que en Gobierno resultaba inescrutable. De hecho, poco antes de la reunión en La Plata, el ministro dio una entrevista a una radio con un par de frases que sabe que al Presidente le molestan como que se hable de la existencia de "presos políticos" y en la inocencia del detenido ex ministro Julio De Vido.
"¿No le gusta el cargo? ¿Está buscando la manera de irse?", se preguntaban. De acuerdo al análisis que hacían en Gobierno, Kicillof optó por un ministro de alto perfil como Berni para dar la idea de una política activa en un área tan complicada como la seguridad en la Provincia, más allá de que piensen lo mismo o no. Que un ministro de ese rango le permite, de alguna manera, "desentenderse" del problema. La cuestión es que esa independencia de movimientos de Berni le generó un rápido choque con las políticas nacionales. En todo momento Alberto Fernández respaldó el accionar de Frederic. "Creemos que para manejar una fuerza como la Policía Bonaerense hace falta un ministro como Berni, es difícil conducirla de otra manera", explicaban cerca de Kicillof.
Es muy probable que el Presidente participe de la primera reunión del Consejo de Seguridad Interior convocado para mañana en Tucumán. Irán los jefes de las fuerzas de seguridad y todos los ministros del área de cada provincia y de la Ciudad de Buenos Aires, pero también fueron invitados legisladores del oficialismo y de la oposición con actividad en estas cuestiones, lo que le otorgará un mayor volumen político. Adelantan que puede salir algunas decisiones importante de allí y que la presencia de Fernández será una ratificación del rumbo que se le busca dar a la políticas nacionales. Sin violentar las garantías constitucionales ni circo mediático, afirmaban, pero con resultados efectivos en el combate al delito como aseguran que se registraron en las últimas semanas respecto al tráfico de drogas.