Anarquía, glitter, mujeres empoderadas y bisexualidad. Esos son los ingredientes principales de AVES DE PRESA y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn. La nueva película de DC Comics que nos vuelve testigxs de la esperada transformación de la rubia malvada de Ciudad Gótica, conocida por sus enemigxs, entre otrxs Batman, como Harley Quinn. Interpretada por la actriz australiana Margot Robbie (quien supo en el pasado incendiar la pista de hielo poniéndose en la piel de Tonya Harding y bailar al ritmo de los años 60 cuando mutó en Sharon Tate), la protagonista decide por fin darle una patada en el culo a su novio sádico, el Joker. Y, también, a una sexualidad conservadora. "Era la oportunidad de valerme por mí misma. Un nuevo comienzo. Pero no era la única chica que buscaba emanciparse", le cuenta al público Harley Quinn, rompiendo la cuarta pared, luego de robarse un camión y estrellarlo contra una planta industrial. El lugar donde selló su romance violento con el Joker. El símbolo del nacimiento de esa relación sumisa vuela por los aires. Harley Quinn se reinventa en ese acto para anunciarle a toda Ciudad Gótica que ya no es la misma. Por eso se corta las dos colitas de pelo, cambia su vestuario y adopta una hiena. La criatura que ahora ocupa su rudo corazón. "Al amor hay que alimentarlo", dice. Y en la escena siguiente vemos cómo su nuevo concubino, peludo y de dientes filosos, mastica los huesos de un hombre que quiso seducir a Harley Quinn con mirada babosa y piropos baratos. ´Muerte al macho´ parece gritar en cada uno de sus impulsos.
El tanque dirigido por la cineasta china Cathy Yan y escrito por Christina Hodson es queer por varias razones. En primer lugar, a Harley Quinn ya no le atraen los hombres. Ni siquiera el Joker, su debilidad. No hay romances heterosexuales, pero sí habrá cerca del final un coqueteo con una policía lesbiana. Sin embargo, el aspecto queer más potente es otro. Interpretada por una Margot Robbie desatada y prendida fuego, Harley Quinn irrumpe en espacios repletos de machismo y homofobia como si estuviera desfilando en la Marcha del orgullo. Muy lejos de usar aquel traje de arlequín rojo y negro, esta mujer empoderada tirotea a manadas de hombres con su arma especial. Lo que salga del cañón es una fiesta sorpresa: una explosión de confetti metalizado, narices de payaso o una bomba que emana humo de los colores presentes en la bandera LGBTIQ. Harley Quinn tiene tanto brillo encima que hasta su propia tarjeta personal, que anuncia que es sicaria y cazarrecompensas, tiene un fondo lleno de glitter. Su uniforme de combate, una pequeña capa hecha de recortes en tira de revistas, podría ser un traje de Lady Gaga, o un accesorio de vestuario que mataría por usar Elton John. Harley Quinn dispara no solo a hombres que son una amenaza, también ametralla discursos arcaicos y nocivos. "Es a mí a quien deben temerme", le aclara con soberbia pop Harley Quinn al despiadado Black Mask (Ewan McGregor). Luego de haber padecido años que su pareja la golpee. Lo que aún no sabe es que no hay necesidad de luchar sola. Afuera hay otras mujeres justicieras que también están descubriendo su nueva identidad.
Mucho más que buenas amigas
Apenas se anunció la secuela de Escuadrón suicida (David Ayer, 2016), Aves de presa, Margot Robbie dijo en una conferencia de prensa que quería que en la nueva película Harley Quinn sea lesbiana. No es un capricho ni una postura de corrección política: el personaje hace varios años que en los cómics tiene una amante: Poison Ivy, conocida también como la femme fatale con cabello rojo Hiedra venenosa. Una científica botánica que domina a las plantas y odia la humanidad por el daño que le ocasiona a la naturaleza. El origen de Harley Quinn fue en el dibujo animado de Batman, en septiembre de 1992. Creado por Paul Dini y Bruce Timm con su clásico sombrero de arlequín y su cuerpo transformado en naipe. Harley Quinn se enamora del enemigo de Batman cuando se conocen en el manicomio Arkham. Su nombre original era Harleen Frances Quinzel, médica psiquiatra. Si bien el Joker era su paciente, es él quien le roba la cordura a esta mujer que ayuda a escapar de la institución a su peor pesadilla. Es recién con la llegada del nuevo milenio que Poison Ivy, muerta de amor por Harley Quinn, la ayuda a huir de la sonrisa cruel del Joker. Le abre los ojos y, por primera vez, alguien que la rodea levanta su autoestima al transmitirle que es fuerte e inteligente. La relación entre estas dos chicas malas se afianza en ese pacto implícito donde Harley Quinn permita que la cuiden y la quieran de una forma desconocida.
El beso tardaría en llegar, pero no sería el último: en el año 2016, en el cómic "Harley Quinn # 25" escrito por el matrimonio Jimmy Palmiotti-Amanda Conner, Poison Ivy besa a Harley Quinn en el marco de una fiesta sorpresa. No es cualquier beso: además de trenzar sus lenguas, Poison Ivy, para despejar cualquier clase de duda, le agarra un cachete del culo a su malvada favorita en frente de todxs. Les autores salieron a confirmar la relación lésbica en Twitter: "Sí, son novias sin los celos de la monogamia", aseguraron. Aquel fue el primer beso canónico de ambas, pero el colectivo LGBTIQ había descubierto ese romance mucho tiempo antes. En el dibujado animado de los 90s, hay un episodio donde se las muestra juntas en pijama, antes de salir a luchar. No era necesario un choque de labios para validar nuestra interpretación, pero los besos se festejan siempre. Poison Ivy es la única persona que logró que Harley Quinn cambie las pesadillas por un sueño dorado. ¿La bisexualidad la salvó de la violencia del Joker? Definitivamente. Poison Ivy no se hizo presente en Aves de presa a pesar de que Margot Robbie hizo fuerza para que sucediera. No obstante, en los primeros minutos de la película Harley Quinn relata su historia en una secuencia animada. En sus relaciones pasadas no solo se muestran a hombres, también a mujeres.
Cambiar las reglas
El ícono lésbico de Aves de presa es el personaje Renée Montoya. Una policía latina de Ciudad Gótica abiertamente gay que sufre el desprecio de algunos de sus compañeros de trabajo al descubrir que es torta. En la película no se cuenta el origen, pero en el cómic fue el demoníaco Dos Caras quien hace pública la sexualidad de la mujer policía para perjudicarla en su ámbito laboral. Y no solo eso: su familia, religiosa, le da la espalda desde que se supo que jamás llevará un novio a cenar a casa. Luego de pasar por la serie animada de Batman, Renée Montoya impactó en las páginas del cómic Gotham Central, guionado por Greg Rucka. El mismo escritor que presenta a Batwoman como lesbiana, y que cruzará a los dos personajes en 2006 para que vivan un romance fugaz entre tanta hostilidad. En la película Aves de presa la representación de Renée Montoya rompe otro sistema patriarcal: el de la lesbiana modelo de Playboy. La apuesta de Cathy Yan es que el personaje sea interpretado por Rosie Pérez. La actriz de 56 años se pasea por la comisaría en una remera gigante que grita en rojo "¿Para esto me afeité las pelotas?". "Hay un código de vestimenta", le dice su jefe. Su problema es otro y ella lo sabe. Por eso no tardará en rechazar tanto maltrato y convertirse en una superheroína, eligiendo a su gusto y antojo con qué clase de ropa envuelve su cuerpo. Ya no esperando que la apruebe un grupo de tipos que ni siquiera respeta. Su lesbianismo se hace explícito en la película cuando Harley Quinn nos cuenta que la ex de Montoya, una fiscal (Ali Wong), la traiciona pasándole una información confidencial al comisario jefe.
La actriz puertorriqueña Rosie Pérez declaró que está orgullosa de ponerse en la piel de Renée Montoya porque no es usual que una mujer veterana que no quiere modificar su aspecto tenga un papel tan importante en una película industrial de DC. Entre otros dichos, habló de la responsabilidad colectiva en no aceptar papeles que perpetúen estereotipos negativos y anticuados. Cambiar la representación y narrativa desde las propias elecciones. Tanto Renée Montoya como Harley Quinn no están solas luchando contra villanos y varios mandatos del patriarcado. Cazadora y Canario negro se unirán por un objetivo en común, protegiéndose unas a otras. Buscando y complementando con la fortaleza de la otra y no la fragilidad para dominarla. Aves de presa es una película 100% feminista. En medio de un combate frente a Black Mask y decenas de criminales enmascarados, Montoya recibe una bala. Harley Quinn le arranca el mameluco para admirar que abajo de esa tela holgada tiene un corset que juega el rol de chaleco antibalas. Le mira con ojos grandes sus tetas apretujadas entre las ballenas de alambre, y festeja entre gritos ver tanta piel. No es solo un coqueteo, también es mostrar que una mujer de 56 años con su escote puede calentar a Harley Quinn. La ficción siempre será la mejor escuela para el público que ansía divorciarse de sus prejuicios.