El comité de la Cámara de Representantes aprobó en dos comités el proyecto de ley de revocación del Obamacare, que provee asistencia médica a millones de estadounidenses y había sido uno de los blancos de ataque del presidente Donald Trump durante las elecciones.
A pesar del repudio de los republicanos más conservadores, que consideran que se trata de un proyecto similar al del ex presidente, y de los demócratas, que señalan las consecuencias para los más pobres, la iniciativa del gobierno se aprobó después de 27 horas de debate y se consolidó así la primera gran victoria de Trump en el largo camino hacia la supresión de la ley.
El Comité de Medios y Arbitrios, y el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes dieron el visto bueno a los dos textos con los que los republicanos quieren derogar y reemplazar la reforma sanitaria de Obama, uno de los pilares de su gobierno. Por 23 a 16 votos en la primera votación y con 31 a 23, Trump salió victorioso en medio del fuego cruzado dentro del partido, entre los que consideran que es "tibia" la propuesta del republicano.
El “Trumpcare” desmantela las disposiciones básicas, incluyendo sus subsidios para ayudar a la adquisición de seguros médicos y la expansión del Medicaid, programa para el acceso sanitario a la gente de bajos recursos, e implanta un sistema de créditos para la adquisición de planes privados.
"Hoy, la Cámara dio un paso decisivo hacia el cumplimiento de una promesa al pueblo estadounidense que ha estado haciendo desde hace años: derogar y reemplazar el Obamacare con reformas asequibles y centradas en el paciente", dijo Greg Walden, presidente del comité de Energía.
Varios grupos de hospitales y colectivos médicos ya expresaron su preocupación por la reforma y enviaron una carta al Congreso porque entienden que generará una “tremenda inestabilidad” para aquellos que busquen cobertura. También criticaron las modificaciones propuestas para el MedicAid, advirtiendo que podrían suponer grandes pérdidas de cobertura y recorte de financiación para un programa que se encarga de niños vulnerables, así como de personas mayores y ciudadanos con discapacidades.
Mientras tanto, Trump continúa con su estrategia para convencer a los más conservadores dentro de su partido antes de la votación del Congreso. Para ello, durante toda esta semana mantuvo reuniones con los líderes más influyentes para “venderles” su proyecto.