El instituto de estadísticas de los trabajadores que depende de la UMET calculó que la inflación de enero se ubicó en el 2,6 por ciento, lo cual representa el valor más bajo desde julio pasado. Los segmentos que más subieron fueron alimentos y bebidas, a raíz de la reposición del IVA en elementos de la canasta básica, junto a los servicios turísticos por el comienzo de la temporada veraniega. También subieron sus precios útiles escolares y transporte. Este jueves, el Indec dará a conocer el dato oficial de inflación de enero, que se estima en el orden del 3 por ciento. Será la primera variación de los precios que se puede atribuir enteramente al gobierno de Alberto Fernández. El gobierno todavía no emite un mensaje contundente sobre qué espera en términos de inflación para el año porque considera que sería contraproducente en el actual contexto de crisis.
“Nosotros siempre fuimos optimistas sobre la baja de la inflación y creemos que va a dar muy por debajo de lo que han venido estimado las consultoras. Seguramente por debajo del 3 por ciento. El programa de Precios Cuidados va a dar efecto en enero y en febrero también. El congelamiento de tarifas creo que también apunta en el mismo sentido”, indicó en declaraciones radiales el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. La expectativa de inflación del BCRA es inferior a las estimaciones de las consultoras privadas, que ubicaron el índice alrededor del 3,5 por ciento.
Si se corrobora el adelanto de Pesce, la inflación oficial quedará en su punto más bajo desde julio, cuando se ubicó en el 2,2 por ciento. A partir de allí, la devaluación de agosto posterior a las PASO volvió a acelerar la marcha de los precios, hasta llegar en diciembre a un valor anual del 53 por ciento, el más alto desde 1991. Analistas coinciden en resaltar la difícil herencia que recibe el nuevo gobierno en materia de inercia inflacionaria.
Según el cálculo del IET, la suba del 2,6 por ciento en enero se explica en primer lugar por el incremento del 4,1 por ciento en alimentos y bebidas. La suba de los bienes de la canasta básica se explica por la reposición del IVA, luego de que el gobierno anterior redujera la alícuota a cero para mitigar el impacto inflacionario de la devaluación posterior a las PASO. El impacto sobre las góndolas se verificó a pesar de las negociaciones entre el gobierno, la industria y los supermercados para dividir el mayor costo fiscal, y del relanzamiento de Precios Cuidados.
El capítulo que más subió fue educación debido a fuertes incrementos en útiles escolares de cara al inicio de las clases, informó la UMET, mientras que transporte y comunicaciones se encareció en un 2,9 por ciento, lo cual se explica por alzas del 30 por ciento en taxis en la Ciudad de Buenos Aires. El rubro de esparcimiento subió en forma similar al nivel general, impulsado por las alzas en hotelería producto de la temporada alta estival. La UMET calculó que el salario real acumula desde noviembre de 2015 una caída del 15,7 por ciento y se ubica actualmente en niveles similares a los de fines de 2008. En enero de este año, la contracción interanual del salario fue del 4,5 por ciento.
Para febrero, la inflación podría ubicarse por debajo del valor de enero, gracias a la estabilidad de algunos pilares básicos de precios, como las tarifas de los servicios públicos, el tipo de cambio y los combustibles y la contención que supone el programa de Precios Cuidados. En ese sentido, la consultora Elypsis calculó una inflación del 3,2 por ciento para enero pero con una “importante desaceleración de los precios durante las últimas dos semanas”.