El Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de la provincia de Buenos Aires consideró que pesificar el mercado inmobiliario será un hecho “para celebrar”. En declaraciones a la agencia Télam, afirmó: “En la medida en que el país inicie un proceso de consolidación de la economía y se genere confianza de nuestra moneda, tarde o temprano llegará el momento en que hablemos sólo en pesos”. La desdolarización del mercado inmobiliario suele ser un tema recurrente en períodos de escasez de divisas y derrumbe de ventas como el actual. Tras más de 40 años de precios en moneda extranjera, analistas del sector consideran que desdolarizar sería ventajoso para dinamizar el mercado de créditos hipotecarios, deprimido tras la megadevaluación de los últimos dos años. Sin embargo, consideran que deberían fusionarse una serie de variables macroeconómicas y a la vez, el Gobierno debería enfrentar la resistencia de los propietarios.
El asesor inmobiliario Silvio Guaita consideró que un mercado pesificado no estaría influenciado por las variaciones o las restricciones al dólar . En 2019, por los saltos cambiarios, la vuelta de las restricciones y la caída en el poder adquisitivo, el sector inmobiliario cerró con su peor marca histórica , según los datos de la Ciudad de Buenos Aires. Con un mercado pesificado, podría dinamizarse la demanda de créditos hipotecarios. “La demanda de los créditos desapareció”, sentenció. Es que los créditos bancarios se otorgan en pesos y en tiempos de devaluación cada vez alcanzaban para menor cantidad de dólares, necesarios para adquirir la propiedad. Además, en el caso de las propiedades indexadas al sistema UVA, la suba por la indexación por inflación fue mayor a los aumentos salariales.
Sin embargo, Guaita consideró que la posibilidad de pesificar por parte del sector de martilleros “fue más una expresión de deseo que una posibilidad real en el corto y mediano plazo”. Según el economista, para desdolarizar se requeriría de una estabilidad cambiaria en el largo plazo, difícil de alcanzarse ante el problema estructural de la restricción externa. Además, considera que se necesita una moneda fuerte. “Por más que realicen cambios por ley, el propietario va a vender y va a buscar dolarizarse”, afirmó.
Las consecuencias negativas de la dolarización tienen que ver con que se manejan dos referencias de medidas, según el tipo de transacción. Además, se obliga a disponer de dólares billetes a quien desee adquirir un inmueble y contribuye a agravar la escasez de divisas. Así se desprende de un trabajo realizado por los investigadores Alejandro Gaggero y Pablo Nemiña, titulado “El origen de la dolarización inmobiliaria en la Argentina”. En diálogo con PáginaI12, Nemiña consideró que Argentina está lejos de la desdolarización. “Se profundizó la dolarización y es difícil reconstruir confianza en la moneda en medio de una recesión y a puertas de una reestructuración de deuda”.
Sin embargo, también opinó que podría considerarse como positivo que hayan ganado difusión los mecanismos de indexación, como los sistemas UVA sobre todo. De hecho, en la investigación destacaron que no puede establecerse a la dolarización como un fenómeno eterno por el simple hecho de que existen crisis cambiarias, dado que países vecinos como Brasil y Chile atravesaron estas crisis y evitaron la dolarización con referencias monetarias indexadas.
“En transiciones hacia la baja inflación, demostraron ser una buena herramienta para reemplazar al dólar como unidad de cuenta y reserva de valor”, destacó. De hecho, el auge de este sistema fue en 2017, con estabilidad cambiaria, suba de salarios reales e inflación a la baja. “Sin financiamiento externo para superar la restricción externa, necesitas un puente, que te lo dan los mecanismos de indexación, y eso el gobierno lo sabe”, dijo el sociólogo. Por este motivo es que la actual gestión decidió mantener los contratos de los créditos UVA tal como fueron concebidos por el macrismo. Y pese a los discursos de Alberto Fernández de desdolarizar, el Banco Central habilitó la compra de dólares para vivienda. “El problema no se arregla con leyes, sino con estabilidad macroeconómica, que lleva tiempo, y haciendo pedagogía financiera para que los agentes incorporen nuevas prácticas”, opinó.
Además de las dificultades económicas que implicaría una desdolarización, José Rozados, presidente de la consultora Reporte Inmobiliario, consideró que despertaría una fuerte resistencia en los propietarios. “Quieren dólares porque tienen incorporado culturalmente que la propiedad está en dólares, y muchos realizaron la inversión para que les representara una reserva de valor en el tiempo”, aseguró. En este sentido, dijo que podría haber zonas más proclives que otras a aceptar los cambios, según la cultura de las distintas ciudades, o incluso constructoras que tengan la mayoría de sus costos en pesos. “Cada vez veo más lejana la posibilidad de operar en moneda local”, concluyó.