Una de las pruebas señaladas por la fiscal Verónica Zamboni para demostrar el intento “de fuga” y la dispersión como grupo de los rugbiers, minutos después del asesinato de Fernando Báez Sosa, surge del análisis de los mensajes de WhatsApp que intercambiaron entre ellos. Los diez fueron identificados por sus nombres o apodos, menos “un NN Santino, que no pudo ser identificado”.
El análisis de los mensajes intercambiados a través del grupo de WhatsApp denominado “Del Boca”, por los imputados, fue realizado por la División de Comunicaciones y Tecnología de la Policía Federal Argentina. Luego de que Lucas Pertossi le advirtiera a todos sobre la muerte de Fernando (el pibe “caducó” fue la frase elegida), todos decidieron separarse, como suelen hacer los que cometen un delito en grupo y luego quieren despistar a quienes los estaban buscando.
La fiscal Zamboni consideró que es evidente que se separaron para confundir y luego, con Lucas Pertossi como jefe de búsqueda, se fueron comunicando hasta volver a reunirse de a poco en la casa que alquilaban. Se entiende que eso lo hicieron para despistar y para “fugarse con el propósito de lograr la impunidad”.
Los nueve teléfonos secuestrados fueron analizados y se identificó al autor de cada uno de los mensajes, menos a los enviados por “el NN Santino”, un nombre que remite, tal vez por casualidad, a la saga de El Padrino.