La inflación de enero se ubicó en el 2,3 por ciento, informó este jueves el Indec. Es la suba general de precios más moderada desde julio pasado. Después llegaron las PASO y la devaluación de agosto que generó una fuerte aceleración de la inflación. Más allá del promedio del 2,3 por ciento, hubo fuertes alzas en alimentos y bebidas, que avanzó un 4,7 por ciento mensual a raíz del efecto de la reposición del IVA en bienes de la canasta básica. Determinados alimentos básicos crecieron por encima del 10 por ciento mensual. También tuvo un fuerte incremento el capítulo de recreación y cultura, empujado por el comienzo de la temporada veraniega. En cambio, hubo caídas en equipamiento y mantenimiento de hogar, gracias a que en diciembre el precio del servicio doméstico incluyó el pago de una asignación extraordinaria no remunerativa, y también en salud, por el acuerdo de reducción de precios de medicamentos. El cálculo del Indec quedó bastante por debajo de las estimaciones de las consultoras privadas, que venían anticipando que el índice se ubicaría en la línea del 3,5 por ciento. Días atrás, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, anticipó que la inflación sería menor al 3 por ciento.
En la comparación interanual, la inflación fue del 52,9 por ciento en enero. Ese promedio es superado por el rubro de alimentos y bebidas, que muestra un incremento del 58,8 por ciento en doce meses. La suba de los bienes básicos explica en buena medida el deterioro del poder de compra del salario y en consiguiente la caída del consumo que afecta a todo el abanico de la economía. El rubro que mayor incremento presenta frente a enero de 2019 es salud, con el 63,9 por ciento, a partir del avance incesante de las cuotas de las prepagas y de los remedios.
La inflación a nivel nacional fue de 2,3 por ciento en enero frente a diciembre e incluso se ubicó en el 1,9 por ciento en el área metropolitana de Buenos Aires. Sin embargo, la suba de los precios en alimentos y bebidas fue mucho más alta, con el consiguiente impacto en el bolsillo. Productos de alta necesidad que tienen una demanda casi inelástica (es decir que la gente los tiene que seguir comprando a pesar de sus precios) dieron un salto el mes pasado. Dentro del alza del 4,7 por ciento en alimentos y bebidas se destacó la suba del 10 por ciento en el pan y 11 por ciento en arroz, al igual que en el kilo de asado y filet de merluza. La carne picada avanzó 13 por ciento; el yogur firme, un 11 por ciento y el azúcar, un 14 por ciento. Los fideos subieron 5,8 por ciento; la nalga, 5,5 por ciento y el pollo, 4,4 por ciento. El aceite de girasol lo hizo en un 8,7 por ciento y la leche entera fresca en sachet, un 7,9 por ciento.
La inflación en alimentos se debe a que el gobierno repuso el IVA que se había rebajado por la gestión anterior para poder mitigar el impacto de la devaluación posterior a las PASO. La recomposición del IVA se dio en el marco de acuerdos entre el gobierno, las empresas proveedoras y los supermercados. Sin embargo, las subas publicadas por el Indec son en algunos casos superiores a las acordadas.
El capítulo de recreación y cultura subió un 5 por ciento asociado a la estacionalidad que supone el comienzo de la temporada turística en verano, lo cual también empujó a restaurantes y hoteles hasta una suba del 4,2 por ciento. En cambio, salud tuvo una merma del 2 por ciento, “producto del acuerdo gubernamental con la industria farmacéutica para retrotraer precios a valores de diciembre”, recordó el Indec. El organismo calculó una baja mensual del 5,1 en los precios de los remedios. Si se toma la medida anual, salud registra un incremento del 63,9 por ciento. Se trata de productos de alta necesidad que avanzan en muchos casos incluso más rápido que el dólar.
Otro rubro que tuvo una baja promedio de los precios fue equipamiento y mantenimiento del hogar. La merma mensual del 1,3 por ciento se explica porque “en diciembre, a diferencia de enero, se pagó la asignación extraordinaria y no remunerativa para trabajadoras de casas particulares”. En tanto, prendas de vestir y calzado tuvo un alza del 1,1 por ciento y transporte lo hizo en un 1,5 por ciento. Vivienda, agua, electricidad y gas registró una suba del 0,6. El gobierno considera que la moderación inflacionaria es central para que pueda despegar la actividad económica. Por eso espera que en febrero continúe la tendencia bajista en la inflación gracias a la acción conjunta de la relativa estabilidad cambiaria, el congelamiento de los servicios públicos y de los combustibles y las referencias de precios que brinda el programa Precios Cuidados.