Desde Santa Fe
La crisis de San Cor impactó ayer en la Legislatura, donde el Senado le pidió al gobernador Miguel Lifschitz que asuma el liderazgo en la defensa del gigante lácteo para preservar la "actividad" del modelo cooperativo y "resguarde" los puestos de trabajo que hoy están en riesgo. Y resolvió invitar ‑la semana que viene‑ a los directivos de la empresa para que expliquen en el despacho del vicegobernador Carlos Fascendini cuál es la situación de las plantas que operan en la provincia y sus planes para futuro.
La decisión de la Cámara alta es la contracara de un operativo del gobierno de Mauricio Macri que ‑según el ministro de la Producción Luis Contigiani‑ pretende que San Cor vaya a la quiebra y se venda al mejor postor, lo que significaría dejar en la calle a miles de trabajadores. Si eso ocurre, "el problema le va a estallar a Santa Fe", con un altísimo impacto en el circuito productivo de más de 20 pueblos de la cuenca lechera, alertó Contigiani.
El Senado se involucró en la crisis de San Cor al votar sobre tabla y por unanimidad un proyecto del senador justicialista Danilo Capitani, quien solicitó a Lifschitz que "resguarde la actividad" de la cooperativa y sus "fuentes de trabajo". En el primer texto, el legislador había advertido sobre el parate en la fábrica de Centeno, que suspendió a 70 trabajadores que hoy resisten en un acampe, pero en el recinto Capitani amplió el pedido para que se "preserven" todas las plantas radicadas en Santa Fe. Y propuso que la semana que viene se invite a los directivos de San Cor a la Legislatura para que "informen la situación de la empresa debido a que este tema golpea a los trabajadores de esas plantas y se convoque a las comisiones de Asuntos Laborales y de Economía de la Cámara", que son competentes en el tema. Fascendini se comprometió a organizar la audiencia.
Capitani había revelado su intención de "pedir informes" sobre San Cor, pero ante la velocidad de los acontecimientos, propuso que la Cámara invite a los directivos de la empresa para escucharlos cara a cara. Ya hay 70 trabajadores suspendidos en la planta de Centeno, pero "toda la vida social y económica" del pueblo "depende de esta fábrica".