“Mi hijo denunció al golpe de Estado en Bolivia y murió a los pocos días de una forma muy sospechosa”, repetía una y otra vez Raquel Rocchietti, la madre del periodista Sebastián Moro, el colaborador de PáginaI12 que falleció el 16 de noviembre, seis días después de la toma al Palacio de Quemado. Por diversos indicios, sus familiares sospechan que fue golpeado y torturado en los días previos a sufrir el ACV que le provocó la muerte, y marcharon este viernes a Cancillería desde el Obelisco, para exigir justicia por Sebastián. Al reclamo también se sumó el pedidio de libertad de Facundo Molares, el fotógrafo que fue detenido por el gobierno de facto de Janine Áñez mientras estaba internado .
La movilización comenzó al mediodía y recorrió Carlos Pellegrini hasta la Avenida Santa Fe, luego siguió hasta el palacio San Martín. A lo largo de la marcha, familiares y amigos de Moro levantaron carteles con la cara del periodista mendocino y una consigna muy clara: "#SesbastiaMoroFueElGolpe". "Es muy raro estar de este lado, yo suelo estar de afuera, cubriendo las marchas", dijo a este diario Penélope Moro, hermana de Sebastián. "Estoy muy agradecida por el apoyo, esperemos que se haga justicia", agregó.
Mientras que los funcionarios del gobierno de Mauricio Macri --que estaba en ejercicio cuando murió Sebastian Moro-- no tuvieron ningún acercamiento a los allegados a la víctima, los familiares destacan haber sido recibidos por el flamante secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla. "El funcionario se comprometió a trabajar para esclarecer el caso, esperemos que puedan avanzar para que se conozca qué pasó", señalaron.
En 2018 Moro se mudó a Bolivia y empezó a cubrir los principales temas de derechos humanos y la actividad rural en el país plurinacional. A partir de las elecciones bolivianas del 20 de octubre, empezó a colaborar con PáginaI12. El 10 de noviembre publicó su última nota titulada "Un golpe de estado en marcha en Bolivia", cuando muchos periodistas le esquivaban a la definición de lo que estaba pasando. Sus familiares destacan su fuerte compromiso por los derechos humanos y las causas sociales. "Él es un periodista del pueblo. Tenemos que hacer memoria para honrar su legajo, porque su trabajo es infinito", recordó Rocchietti.
Su madre lo define como "un caminante"; su hermana destaca que "leía y escribía, todo el tiempo". "Le gustaba leer a Rodolfo Walsh, a Paco Urondo, a Juan Gelman. Es curioso, ¿no? leía autores que fueron víctimas de dictaduras militares, y él terminó con el mismo destino", reflexionó Rocchietti en diálogo con este diario. "En estos meses estuve leyendo muchos de sus libros para tratar de entender un poco más cómo veía al mundo", contó.
"Exigimos un pronunciamiento y la colaboración del Gobierno para que se haga justicia", subrayó la madre de Sebastián. Sin Estado de derecho en Bolivia, los familiares de Moro recién pudieron hacer la denuncia en la Argentina, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). También resaltan el fuerte destrato que sufrieron de las autoridades del país vecino, como no poder traer el cuerpo de vuelta para velarlo.
Los forenses que trabajan con los familiares sostienen que las marcas y las heridas que habían en el cuerpo de Sebastián son propias de quien sufrió una golpiza o torturas. Incluso, no pudo terminar con su jornada de trabajo del viernes 8 de noviembre en el diario Prensa Rural, ya que la sede del medio había sido atacada por grupos violentos, como tantos otros medios bolivianos. "A partir de ahí comienzan a trabajar desde la clandestinidad".
"El domingo 10 le pedimos ayuda a un allegado para que entrara a la casa de él, y lo encontró "semi-inconsciente y golpeado. En ese momento, lo internaron de emergencia en un clínica de La Paz", narró Penélope. A las pocas horas de esto, Evo Morales presentó su renuncia, forzado por la oposición y los militares. Después de estar varios días en coma, Moro murió.
"Su cuerpo presentaba politraumatismos", remarcó Rocchietti. "Mantendremos el reclamo y estaremos de pie hasta que se pueda llegar a las pruebas más contundentes", arengó. "Mi hijo es víctima del golpe de Estado en Bolivia."
Informe: Antonio Riccobene.