El médico Rodolfo Franco es el único asignado para una población que ronda los 6 mil habitantes, del pueblo wichi en Mision Chaqueña y Carboncito. El profesional demanda más profesionales para la zona y atención especializada de ginecólogos y ginecólogas para las mujeres y de pediatras para los niños y niñas.
Misión Chaqueña y Misión Carboncito dependen del municipio de Embarcación en el departamento General José de San Martín.
Franco planteó a Salta/12 la necesidad de acceso a la salud para las mujeres indígenas como un derecho que aún no se garantiza. Lo mismo ocurre con los niños y las niñas que necesitan atención pediátrica.
El médico sostuvo que hay mujeres indígenas que mueren de cáncer de cuello de útero y ni se enteran qué lo tienen porque no hay controles ginecológicos.
Ahora ni siquiera hay profesionales que practiquen ecografías en el Hospital de Embarcación a donde se hacen las derivaciones de Misión Chaqueña y Carboncito porque los dos especialistas que trabajaban allí ahora son el intendente (Carlos Funes) y la secretaria de gobierno (Monica Goicochea), y todavía no han sido reemplazados en los cargos que ocupaban.
Franco atiende en un Centro de Salud donde tampoco hay ambulancias. "A veces hay situaciones graves, emergencias, tenemos que estar esperando la ambulancia dos o tres horas y a veces eso va en contra de la salud de las personas. A veces no llegan, no hemos tenido casos fatales pero sí casos que se complican", sostuvo Franco.
"Son dos pueblos, 6 mil habitantes, por suerte tienen bastante buena salud, no se enferman tanto y lo puedo sobrellevar. Hay un montón de falta de derechos en las comunidades que es una preocupación mía, estoy trabajando con ellos y quiero que estas cosas mejoren", manifestó Franco. El médico sostuvo que las problemáticas de las comunidades solo se solucionan con inversiones y que en el área de salud se requieren más profesionales, insumos y medicamentos.
En la zona el agua "no está potabilizada, no sabemos si se puede tomar o no, suponemos que sí. De ahí a que sea sana no estamos seguros", expuso Franco.
"La diarrea es muy común en esta época, los (las) chicos (as) están con diarrea en algún momento del verano y a veces viene con desnutrición, con deshidratación (...) Tenemos chicos (as) con bajo peso y con desnutrición. Hay varios tipos de desnutrición: graves, severas y moderadas. Con desnutrición leve o moderada hay un montón.
Ante esos casos de niños y niñas cuando enferman, "se trata de darles vitaminas, de darles antibióticos si están con infección respiratoria o intestinal, se trata de apuntalar a la familia, ver si tienen los recursos necesarios para comer, si se les puede dar ayuda para que puedan tener alimento. En casa a veces se hacen merenderos para darle una mano a la gente", relató Franco.
Franco valoró que se vuelva a implementar el Plan Remediar desde Nación. “Todos estos últimos 4 años estuvimos penando con los medicamentos, pidiéndole al gobierno de Salta que ayude un poco más porque no alcanzaba".
Poca agua y no potable
El joven Omar Gutierrez, miembro de Misión Chaqueña, explicó a Salta/12 que la única bomba de agua de la que disponen tiene alrededor de 20 años, "cuando había poca gente y abastecía a todos". Ante el crecimiento de la población, esa bomba ya no alcanza, "la mitad se quedó sin agua y la otra mitad tiene pero no mucha".
Quienes tienen agua tampoco disponen del recurso en cantidad ni calidad necesaria. "En Misión Chaqueña tenemos agua desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde y si uno no juntó en ese horario después hay que olvidarse hasta el otro día a que vuelva el agua", explicó Franco.
"En la salita donde trabaja mi marido no sale agua, es como si fuera una casa vieja, abandonada, no tiene aire, hay cuartos que no tienen luz", describió a su vez Anastasia Flores, la esposa de Franco y quien también es integrante de la comunidad wichi.
La gente debe juntar agua, y en muchos casos lo hace en tachos o bidones que eran de agroquímicos. Además, Franco explicó que cerca de Misión Chaqueña y Carboncito "hay campos de soja con agroquímicos y obviamente que perjudican".
En Misión Esperanza, (cerca de las otras comunidades) que está pegada a uno de esos campos sojeros "tenemos una nena wichi que nació con una manito en el codo, no tiene antebrazo y eso es por los agroquímicos (...) la mamá debe haber recibido el rocío de la fumigación cuando estaba embarazada de esta nena", dijo Franco.
"Hay que empezar a hacer redes de agua, trabajar, poner caños suficientes para que haya agua para todo el mundo. Renovar las bombas que hay porque son viejas, poner reservorios de agua en todas las comunidades para que tengamos agua las 24 horas", sostuvo Franco.
Franco vive hace 8 años con la población wichi de Misión Chaqueña donde conoció a su compañera y esposa, la artesana wichi Anastasia Flores.
Flores es quien realiza ollas populares y pone a funcionar un merendero en su casa. Contó que hace un año empezó con esta tarea, y que participan también sus hermanas , Leonora y Cristina. Dijo que asisten entre 45 o 50 personas. "Cuando se termina la mercadería que saco del sueldo de mi esposo, espero para cuando cobre recién y cocino para la gente dos o tres veces por semana".
Flores reclama para Misión Chaqueña agua, educación y salud. Expuso que en las familias los hombres "tienen que hacer changas, a veces no tienen y se quedan sin comer todo el día". Cuando los padres no consiguen esas changas, los niños y las niñas "solo toman mate cocido", "por eso hay mucho enflaquecimiento de los chicos y los grandes", indicó Flores.
"Cuando las mujeres tienen maridos enfermos no pueden hacer nada. Ahí se acumula la desnutrición", añadió Flores. "No hay trabajo" para los y las wichis, manifestó la mujer. Además dijo que aunque las familias cobran la Asignación Universal por hijo y "si tienen muchos niños, les alcanza por solo 10 días". Detalló que en Misión Chaqueña "hay negocios chiquitos y carnicería", pero los precios suben y es poco el ingreso de las familias. "No tienen para comprar calzado y ropa" porque no les alcanza para eso, puntualizó.
Franco describió que las mujeres de la comunidad "hacen muchas cosas en sus casas, cortan leña, acarrean agua, cuidan a los chicos, los llevan a la escuela, al médico. Mientras, los varones cuando tienen trabajo hacen changas de carpintería, artesanías o a veces se van a trabajar a alguna finca a la cosecha de tomate, de poroto y van haciendo lo que pueden".
"En Misión Chaqueña tienen tierra propia y pueden conseguir algún recurso cortando madera, vendiendo leña, haciendo muebles, vendiendo artesanías. Algun dinero consiguen con eso. En Carboncito es igual, son pueblos pegados, a 5 kilómetros. Si bien la gente es un poquito distinta porque ha venido de Ingeniero Juárez, Formosa, en algún momento, son dos pueblos muy similares, a los que les pasan las mismas cosas, tienen las mismas problemáticas", detalló el médico.
Requieren educación intercultural
Flores recordó que en 2018, en Misión Chaqueña, padres y madres, realizaron la toma de una escuela. Reclamaban el nombramiento de una directora wichi, "de una chica capacitada para ser directora pero no la tomaron. Como es indígena entiende más la cultura nuestra. No estábamos peleando con el gobierno, era una petición", recalcó la mujer.
Flores también sostuvo que se dan situaciones de "maltrato a los (as) chicos (as) " en el ámbito educativo, y que a veces los niños y niñas lo cuentan a sus familias. "Hay maestros bilingües, pero como ayudantes, no pueden reclamar, ni decir nada", afirmó.
En enero de 2019, la comunidad se organizó mediante un acampe en Salta Capital solicitándole una ley de educación indígena y presentaron un proyecto en la Cámara de Diputados pero que no prosperó.
"Tenemos esperanzas con este nuevo gobierno, a ver cómo resulta para los pueblos originarios. Urtubey nunca fue. Hay comunidades que empiezan a cortar caminos, la policía dice que por gusto pero yo entiendo que es por necesidad", sostuvo Flores. La mujer dijo que hay gente viviendo en la miseria y que tienen viviendas muy precarias, de nylon.
Video realizado por Garganta Poderosa