Aunque se declaró la emergencia sociosanitaria por la mortandad infantil y materna en comunidades originarias de la Provincia, en la Misión wichi La Mora, la familia del bebé que falleció el 7 de enero pasado sigue en una situación de marginalidad y desprotección. Sin asistencia y sin ninguna reparación estatal que garantice el acceso a derechos vulnerados.
El bebé fallecido tenía 1 año y dos meses. Su papá Ramón Basualdo relató a Salta/12 que el pequeño comenzó con fiebre y diarrea, dijo que lo llevaron varias veces al hospital de Tartagal, que primero lo vieron, le pusieron una inyección y lo mandaron de nuevo a la casa.
"Me decían que vaya nomás (...) No atendían bien, recordó el padre. Al día siguiente el bebé empeoró, lo llevaron de nuevo al hospital, lo internaron pero "no lo pudieron recuperar", después lo trasladaron al Materno Infantil en Salta Capital. Basualdo dice que el traslado demoró en realizarse el 6 de enero. El bebé falleció al día siguiente a las 5:25 sin que los médicos de la Capital pudieran salvarlo.
El diagnóstico de la muerte del bebé fue "shock séptico a punto de partida gastro intestinal". El padre no sabe a causa de qué se enfermó su hijo, piensa que el agua tal vez haya sido, y también considera que en el hospital local no lo atendieron bien.
El periodista de Tartagal, Armando Alvarez, explicó a Salta/12 que la familia de Basualdo "no recibió ayuda con lo que su caso representa".
Basualdo y su compañera y pareja Graciela Segundo (ambos de 33 años), tienen 6 hijos e hijas de 15, 10, 8, 7, 5 y 2 años. El niño de 10 años tiene anemia, el padre describe que el chico a veces está "decaído" y contó que lo lleva al hospital pero allí no le dan medicación ni suplementos dietarios.
La pequeña de 2 años tiene problemas dermatológicos, "granitos" especificó el padre, explicó que pudo comprarle una crema que le recetaron en el hospital y que en la institución no se la proveen.
Basualdo no tiene trabajo: "a veces consigo changas pero por dos o tres días nomás", sostuvo. "Ninguno de los funcionarios ha venido por acá", contó. Dijo que solo van, de vez en cuando, los agentes sanitarios.
Un secretario de la municipalidad de Tartagal, fue a verlo después de la muerte del bebé, le prometió la construcción de una casa, le dejó tres bolsones alimentarios pero no volvió más, indicó Basualdo.
Alvarez sostuvo que en Misión La Mora ha observado que los padres salen a realizar changas y que hay familias que cocinan cuando ellos regresan, después de las 14 o las 15, solo si consiguieron algún trabajo y traen con qué cocinar. Por eso destaca la situación de desempleo y de vulnerabilidad de Basualdo y su familia.
El periodista explicó que en la Misión tienen conexiones precarias de agua, con mangueras negras en la superficie, y que las familias juntan agua en bidones. Basualdo dijo que el agua también se les corta.
Alvarez consideró que los y las wichis viven en un contexto de marginalidad y sometimiento y no tienen cómo salir de esas condiciones. Si bien en el certificado de defunción del bebé que falleció no figura la desnutrición, Alvarez manifestó que "un niño mal alimentado está propenso a cualquier enfermedad"
Basualdo relató que a veces puede comprar medio pollo para los guisos y que no le alcanza para las verduras ni las frutas.
Alvarez describió que en el hospital faltan profesionales de la salud y también voluntad de los médicos. "Hay una barrera entre paisanos y los médicos que van a otro ritmo". No hay según lo planteado una comprensión por la cultura de las comunidades originarias ni un abordaje intercultural. El periodista también dijo que en la comunidad hay niñas que a los 13 años se convierten en madres, y que no se observa que existan abordajes desde el Estado con orientación en derechos sexuales y reproductivos.
Basualdo pidió ayuda urgente con alimentos y medicación para sus hijos.