Las autoridades chinas prohibieron el desplazamiento de vehículos -excepto los de emergencia- en la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia de coronavirus COVID-19, medida que tiene como objetivo evitar la propagación del brote que dejó en ese distrito 1.596 muertos. Además, se ordenó el cierre de todos los lugares públicos no esenciales, según una circular emitida por el gobierno provincial y recogida por la agencia de noticias oficial, Xinhua.
Así, unas 60 millones de personas deberán permanecer aisladas en sus hogares excepto por causas de fuerza mayor. También una persona de cada hogar tendrá autorización para salir una vez cada tres días para comprar alimentos y productos indispensables.
En cuanto cualquier residente muestre síntomas como fiebre o tos, la situación debe ser comunicada de inmediato a las autoridades para que se ponga en marcha el protocolo, que prevé cuatro categorías de personas: pacientes confirmados, sospechosos de estar infectados, sus contactos cercanos y pacientes con fiebre que deberán ser atendidos y, de ser necesario, puestos en cuarentena.
Además, las empresas no podrán reanudar la producción a menos que sean autorizadas por las autoridades locales de prevención epidémica. Aquellas que hayan reanudado el trabajo, incluyendo instituciones públicas, polígonos industriales y empresas deben acatar las estrictas medidas de prevención del virus.
Por otra parte, las autoridades de la capital, Pekín, ordenaron una cuarentena de 14 días para cualquier persona que llegue de fuera de la ciudad bajo amenaza de castigos. Además el Banco Central de China desinfectará y almacenará todos los billetes usados para evitar el contagio por esta vía.