El sector textil salió a responder al ministro de Producción, Francisco Cabrera, quien en los últimos días minimizó el impacto del ingreso de producción importada. “La realidad económica por la que atraviesan las empresas y trabajadores de la cadena textil indumentaria dista de ser bien comprendida por parte del Gobierno nacional, lo que se desprende de las exposiciones y salidas de prensa de sus funcionarios”, advirtió la Fundación ProTejer, que está liderada por la empresa TN&Platex, la más grande del sector. La distancia entre el análisis oficial y la realidad se replica para otros sectores de la industria ligados al mercado interno.
“Lo que ocurrió es que salimos de las dificultades que tenía el sistema anterior de DJAI –en relación a las declaraciones juradas anticipadas de importación, el sistema de administración de comercio que regía con el gobierno anterior–. Podemos discutir detalles respecto de alguna prenda terminada, pero lo que sí sabemos es que inundación de importaciones no hubo. La Fundación ProTejer dice que si ponemos en consideración la lucha contra el contrabando, la importación bajó el 14 por ciento. Los sectores que piden importar son los industriales textiles”, dijo anteayer Cabrera en declaraciones radiales. Luego, en otra emisora, el funcionario agregó que “ellos –refiriéndose a ProTejer– dicen que los importados bajaron si se tiene en cuenta la lucha contra el contrabando. Me parece que no hay que tomar decisiones equivocadas con datos equivocados”. Por último, el ministro dijo que “el sector textil tiene una organización que se llama ProTejer. Sus cifras dicen que el crecimiento de las importaciones en 2016 versus las de 2015 están por debajo del 5 por ciento”. ProTejer salió a responder.
Los números de la entidad son los siguientes: en 2015 el mercado textil era de 500 mil toneladas, de las cuales la mitad fueron abastecidas por la industria nacional y la otra mitad, por la importación. En 2016 la demanda se redujo un 15 por ciento, hasta las 425 mil toneladas. Al mismo tiempo, las importaciones de textiles subieron 6,7 por ciento en toneladas. En 2016, el reparto del mercado fue un 61 por ciento para la importación y un 39 por ciento para la industria local. Entre el achicamiento del mercado y el aumento de las importaciones, la producción de textiles nacionales se redujo de 250 mil a 166 mil toneladas, una caída del 33,6 por ciento.
“La visión oficial sobre la administración del comercio subestima el daño que provocan las importaciones en el empleo y el nivel de actividad industrial”, indicó la cámara textil. El informe agrega que el 80 por ciento de las importaciones que ingresaron el año pasado fue sustituto de la producción nacional y que el 64 por ciento del total adquirido al exterior provino de Asia, en donde “los salarios no alcanzan los 300 dólares, se trabajan más de 12 horas por día y los derechos laborales son casi inexistentes”. En el rubro confecciones para el hogar las importaciones subieron un 41 por ciento medidas en toneladas en la comparación anual, mientras que las prendas de vestir avanzaron un 27 por ciento; los tejidos planos, un 16,1, y los hilados, 8,2 por ciento.
Cabrera, sin embargo, argumenta que la reducción del contrabando impactó a la baja en las importaciones. “El gobierno afirma que si se considera el contrabando, las importaciones del sector caen un 14 por ciento. Se trata de una visión incompleta pues si se consideran todos los canales que aportan a la oferta del sector tendríamos que sumar en 2016 el ingreso de productos textiles por la instauración del sistema puerta a puerta, el aumento de las compras argentinas en el exterior, la mudanza de procesos de contrabando desde la Aduana de Buenos Aires a las fronteras terrestres del norte del país, además del contrabando hormiga”, aclaró ProTejer.
El informe de la entidad textil agrega que “sobre todos estos elementos ahora hay que sumarle el impacto dañino producido por la reciente medida de la AFIP que de modo inexplicable permite incluir dentro del blanqueo a los 4 mil containers que se encuentran latentes en la Aduana, abandonados por sus dueños por tener un origen ilícito y que se estima que contienen más de 80 mil toneladas de productos textiles”.