La eliminación ante River en semifinales de la Copa Libertadores, la poca vocación ofensiva y, fundamentalmente, el cambio dirigencial marcaron la salida de Gustavo Alfaro tras 11 meses en el cargo (con 27 triunfos, 16 empates y siete derrotas). La nueva conducción liderada por Jorge Ameal y Mario Pergolini -y con Juan Román Riquelme al frente del Fútbol- consideró que el entrenador ideal para enderezar el barco era Miguel Angel Russo, quien venía de una última experiencia en Cerro Porteño de Paraguay.
A fin de año, tres semanas después de la derrota por la mínima ante Central, el director técnico de 63 años fue oficializado para comandar su segundo ciclo en el club. En su primera etapa -entre diciembre de 2006 y diciembre de 2007- había guiado al club a la obtención de su última Libertadores. Ese recuerdo que cada día cobra más valor, su vasta trayectoria de más de tres décadas en la función, y la capacidad para reacomodar futbolística y anímicamente las piezas de un equipo que sumaba pero no terminaba de gustar, son algunos de los atributos de este ex mediocampista para intentar llevar a la gloria nuevamente a Boca Juniors.
-¿Del funcionamiento ideal qué pensás, en qué punto está hoy el equipo?
-No hay un funcionamiento ideal, cuesto mucho llegar a eso y tampoco se puede determinar cuánto tiempo demandaría. Lo que sí buscamos es un nivel alto de los jugadores y a raíz de eso un nivel de equipo. Sumado a la continuidad, a que no haya lesiones ni se produzcan situaciones adversas. Todo eso hay que combinarlo para que las cosas funcionen, pero no hay un tiempo específico. Esto es semana a semana, día tras día, buscando buenos niveles y a partir de ahí vamos. Fue bueno lo del domingo a la noche de hacer cuatro goles, errar dos penales, ir de visitante y ganar de esa forma.
-¿Puede ser que algunos jugadores estén en el pico de su nivel y otros volviendo a recuperar su mejor forma?
-No digo en el pico porque uno nunca sabe y son jugadores muy jóvenes, otros se están encontrando. Boca no es simple. Hay un período de adaptación, de situaciones que hay que atravesar. Nosotros estamos en el camino para que todos muestren su mejor versión, pero con mucha calma y tranquilidad.
-Entre los puntos altos merece un párrafo aparte la actuación de Carlos Tevez, a quien en Santiago del Estero se lo vio desequilibrante y con presencia goleadora. ¿Cómo se hace para que mantenga esa dinámica?
-No hay recetas ni misterios. Hay que hablar claro, saber lo que piensa él, que sepa lo que queremos nosotros, respetarlo como respetamos a todos, que esté contento y que principalmente disfrute de jugar al fútbol. No es tan difícil. Y si suceden las cosas así, bienvenidas sean.
-¿Qué se debe hacer con los penales, después de lo que pasó el domingo?
-Estamos con una rachita… Tienen que tranquilizarse y nada más. Penales se erran, se hacen, pero no es algo que me quite el sueño. Buscaremos la forma de solucionarlo.
-Si bien la obsesión en Boca es la Copa Libertadores, este campeonato local parece tener un peso especial por disputarlo mano a mano con River. ¿Cómo lo tomás?
-Todavía no lo pienso, en realidad no pienso en el peso específico que tiene que las cosas se den de esta forma. Es algo que está, que en algún momento puede ocurrir y hay que estar preparado. No es una carrera contra el reloj a ver cuándo nos toca. Tenemos rivales difíciles por enfrentar y se viene la doble competencia. Ahora jugamos de local (con Godoy Cruz) después vamos a Santa Fe (para enfrentar a Colón), de ahí a Caracas (donde debutarán el 3 de marzo por la Libertadores) y cuando volvemos tenemos que definir el torneo (cierre de local ante Gimnasia). No es simple. Ir más allá sería dar un paso en falso.
"Hay que mantener la tranquilidad y la calma por sobre todas las cosas porque el mundo Boca es muy vertiginoso"
-¿Pensás que River dejará escapar puntos en estos partidos (enfrentará a Estudiantes, Defensa y Atlético Tucumán)?
-Uno no puede hacer un pronóstico de lo que le puede pasar al rival. Sí que nosotros para pelear tenemos que ganar los nueve puntos que faltan. Eso es clave. Después, Dios dirá en qué lugar, en qué momento y de qué forma. La idea es siempre estar a la altura de lo que significa pelear un torneo viniendo con puntaje desde atrás, lo que te lleva a tener la necesidad y la obligación de ganar.
-Pensando en la obtención de esos nueve puntos, los rivales que tendrán enfrente pelean en la parte baja de la tabla. ¿Eso ayuda o puede complicar más por la necesidad imperiosa que tienen de sumar?
-Se dan las circunstancias así, uno no las programa. Cualquier rival para los que juegan arriba es difícil. Por lo menos hablo de Boca, ya que no tenemos margen de error. Hay que tener un montón de cosas para hacer bien lo que necesitamos y quedarnos con los tres puntos que es lo que nos sirve.
-¿Considerás que Boca debería darle un trato especial a Diego Maradona, director técnico de Gimnasia, en la última jornada?
-Son cosas que no es que esté al margen, pero siempre digo lo mismo: Maradona es Maradona. Nada más. A mí primero me toca pensar en Godoy Cruz y en lo que viene después. Obviamente que la presencia de Maradona siempre genera algo. Le tendremos el respeto que hay que tener pero nos estaremos jugando la final de un torneo y no se puede perder el foco.
"El entrenador que más me gusta es Zinedine Zidane, porque maneja un club muy grande y lo hace muy bien"
-¿Cuál es el vínculo actual que tenés con Juan Román Riquelme, el responsable de Fútbol del club y a quien le tocó dirigir en la obtención de la última Libertadores ganada por el club?
-Tenemos la misma relación que tuvimos anteriormente, aunque con más responsabilidades de él y mías, jajaja.
-De cara a ese vínculo, ¿pudiste darle tu punto de vista sobre la posible salida de Emanuel Reynoso a la liga estadounidense?
-Personalmente me enfoco en lo deportivo, me preguntan del jugador y doy mi opinión. Más que pedir que se quede, evalúo lo que está dentro de las posibilidades de Boca. No pasa porque siga o se vaya sino por una evaluación global de un montón de cosas. Es joven, tiene mucho futuro y si me consultan a mí sería la opción de ir a una liga no tan fuerte. Hay un plantel amplio y queremos tener jugadores a largo plazo, no a corto plazo, tengan el nivel que tengan en la actualidad, jueguen o no jueguen en este momento. La proyección del trabajo tiene que ver con la duración del plantel. Si vos lo cambias a cada rato se hace muy difícil.
-¿Y la situación de Agustín Almendra?
-Todavía yo no sé nada, lo están evaluando y hay muchas cosas que me las entero por el periodismo. Porque en el club no hay ningún papel al respecto.
-¿Te sorprendió la declaración del italiano De Rossi, quien afirmó que su "retiro real fue en Roma"?
-Vos sabes que a mí me gusta hablar de fútbol, amo hablar de fútbol y no de estas cosas sobre quién dijo y quién no dijo. Dentro de mi vida no miro tanto ni escucho tanto. Es tan lindo este juego que hablar de otras cosas es un deterioro.
-En el plano futbolístico, ¿cómo se gestiona un plantel tan grande en el que abunda el talento? Recientemente se lesionó Esteban Andrada y lo reemplazó Marcos Díaz con solvencia, como si le hubiera tocado atajar siempre desde que llegó al club…
-Se hace manteniendo las reglas claras, ayudando a conformar un grupo noble, trabajando, buscando, sabiendo cuáles son los objetivos y sabiendo principalmente lo que es Boca. Eso es claro y la competencia tiene que ser sana. Mientras eso pasa todo se hace más fácil. El respeto por sobre todas las cosas. Que Marcos ingrese y lo haga de la forma que lo hizo tiene que ver principalmente con lo que es Boca. Ojalá todos dejen la vara muy alta.
"A Maradona le tendremos el respeto que hay que tener pero no se puede perder el foco"
-En enero de 2018, cuando dirigías a Millonarios de Colombia te operaron de vejiga a raíz de un cáncer de próstata. ¿Soñabas poco más de dos años después vivir un presente como éste?
-Creí que en algún momento me iba a tocar Boca, a lo mejor pensé que sucedería antes. Aunque no lo tenía como una obsesión ni me había puesto plazos. Lo que pensaba era disfrutar cada día de mi vida permanentemente, como lo hice siempre. Hoy tengo la posibilidad de trabajar acá y bienvenida sea.
-Bajo tu conducción Boca consiguió la última Copa Libertadores de su historia en 2007. Faltan poco menos de dos semanas para que el equipo se estrene ante Caracas, ¿hay alguna receta para ilusionarse con repetir esa añorada vuelta olímpica?
-Jugar Copa Libertadores es algo lindo, algo distinto. Hay que llevarlo de a momentos, día tras día, más que nada en esta etapa inicial en la que tenemos seis partidos y hay que lograr la mayor cantidad de puntos para clasificar a la siguiente ronda.
-Teniendo en cuenta que no es obligatorio y que ya cedieron futbolistas al Preolímpico a diferencia de lo que hicieron otros equipos, ¿estás de acuerdo con prestarlos para los Juegos Olímpicos?
-Nunca he negado jugadores a la Selección. Veremos llegado el momento, la forma y también las necesidades de Boca.
"Es tan lindo este juego que hablar de otras cosas es un deterioro"
-¿Y para vos la Selección es un sueño pendiente, un objetivo concreto o algo que mirás de lejos?
-Sí, mirar se mira siempre, pero en definitiva el presente hoy es Boca y hay que disfrutarlo y nada más. Además la Selección tiene entrenador. Si bien es algo que se mira tampoco es algo que uno esté buscando, son circunstancias que se dan.
-¿Tenés algún equipo en el mundo al que tome como referencia por su forma de afrontar los partidos?
-No, más que nada miro entrenadores. A mí el que me gusta es Zinedine Zidane porque maneja un club muy grande y lo hace muy bien.
-Tranquilidad, paciencia, bajar los decibeles son aspectos que remarcás a menudo, ¿te parece que forman parte de la impronta que busca darle al plantel?
- Boca es muy grande y genera un movimiento permanente, por eso buscamos que todos puedan adaptarse a esos movimientos. Porque si girás siempre en el mismo sentido no tiene forma. En este club hay que saber mantener las cosas claras, la tranquilidad y la calma por sobre todas las cosas, porque el mundo Boca es muy vertiginoso.