Decidida a potenciar su capacidad represiva, la Armada de Chile llevó adelante una millonaria licitación destinada a adquirir equipamiento y armamento antidisturbios. Según informó el portal BioBioChile, la Dirección de Ingeniería de Sistemas Navales desembolsó 211 millones de pesos (unos 264 mil dólares) para la compra de escopetas calibre 12, fusiles no letales, cascos y escudos balísticos, además de protección facial. 

El principal gasto corresponde a los 85 cascos kevlar, por los que se pagó poco más de 93 millones de pesos. Le siguen los 35 fusiles no letales, por unos 40 millones de pesos. Como requisito, la empresa tendrá 30 días para entregar estos últimos artículos en las oficinas de la Armada en Valparaíso, mientras que los otros ítems podrán ser llevados en un plazo máximo de tres meses. 

Sin entrar en detalles, los uniformados explicaron en la licitación que "es necesario adquirir equipamiento antidisturbios con el propósito de provisionar del equipamiento que corresponde al personal de institución que cumple funciones de seguridad".

La crisis social chilena se inició en octubre de 2019 con protestas juveniles por la suba del precio del pasaje de subte. A partir de allí se dieron una serie de manifestaciones masivas en protesta por el desigual sistema económico neoliberal, el precio de los servicios básicos, la Constitución heredada de Pinochet y, en particular, la gestión del presidente Sebastián Piñera. 

Las movilizaciones, que todavía se repiten los fines de semana en las calles de Santiago, dejan hasta ahora un saldo de 30 muertos y miles de heridos debido a la salvaje represión de las fuerzas armadas y policiales chilenas.