Piratas, exploradores, hechiceros, aventureros son los protagonistas de sus canciones, que tienen la impronta de la infancia, hablan del universo infantil, cosas reconocibles que les niñes pueden identificar y hacer propias, y que abren puertas de la imaginación y la fantasía, a través del ritmo y la poesía. Mariana Baggio es una cantante y compositora que ya tiene 5 discos: todos se llaman Barcos y Mariposas, dos palabras que encierran esa magia que remite al espacio infantil de objetos y seres vivos que proyectan un imaginario fantástico. “Hago canciones que tienen que ver con el mundo de los chicos, con su mundo lúdico. Yo trabajo con grupos de chicos dando clases. Hay cosas que perduran a través del tiempo, como los piratas. Tiene que ver con la parte de aventuras y descubrir nuevos mundos”, asegura en el living de su casa rodeada de instrumentos de todo tipo y un afiche de Luis Pescetti.
“Con la lana tejí la luna, y fue una luna lanar, la lana tenía un nudo, y fue en la luna un lunar”, dice la letra de “Luna lanar” que da cuenta del juego que hace con las palabras y el interés desde la forma por las rimas y el modo en que las palabras se conjugan. Ese cuidado también se deja ver en los contenidos, hay un trabajo detallista en las letras y en el acercamiento a los temas relacionados con el mundo infantil, sus canciones gancheras y bellas llenas de matices musicales que van del rock, al pop y al folklore trascienden las edades y llegan al público también adulto y juvenil. Esa universalidad de tiempo y espacio, presente en María Elena Walsh, se replica en los temas de Mariana. Además, hay una búsqueda para que esos contenidos vayan en línea con los nuevos modos de crianza que tienen más que ver respetar los deseos de los niñes y tener más en cuenta sus necesidades. “Yo tengo una búsqueda que se relaciona con lo nuevo que va apareciendo. Desde lo musical a lo filosófico, que va en línea con el respeto a los niños. Hay cosas que hoy son políticamente incorrectas, pasa con muchos cuentos infantiles clásicos”, reflexiona.
Nuevos modos de decir
Mariana Baggio tiene un hijo y una hija adolescentes que de algún modo fueron y son un faro para la recepción de sus canciones. Las nuevas tendencias indican que hay otro lenguaje novedoso para cantarle a la infancia, y que, aunque las canciones mantengan cierta inocencia, se puede incorporar una letra que invite a reflexionar o a describir una situación del mundo cotidiano de un modo más directo. “Ahora está de moda el free style con Wos a la cabeza que me parece muy interesante, desde el desarrollo de las ideas y la palabra. Está empezando esta movida, pero vamos un poco hacía ahí. Además, rítmicamente es alucinante lo que hacen. Mi hijo adolescente es fanático, y me sorprende en qué lugar rima, no es previsible. Me divierte el trabajo con la palabra”, afirma y agrega: “Una de las pegadas grandes de Wos es la cuestión social, chicos que pueden acceder a un pensamiento. El otro día en una clase salió el tema Canguro y se analizó la letra con los chicos. Zamba en Paka Paka también es interesante y genera esa reflexión”. Además, de cantar para la infancia, Mariana brinda capacitación de recursos musicales para docentes, una guía para trabajar la música en las aulas de las escuelas.
Los cinco volúmenes de Barcos y Mariposas están interconectados entre sí, más allá del título, como un solo disco de 5 lados. En el volumen uno está la canción “Piratas”, ya un clásico que se canta en los jardines. Y “La Calabaza Asada” escrita toda con a: “Avanzará hasta la casa cansada la bataraza”. En el volumen dos aparece otro clásico: “Los exploradores”: “Los exploradores van por la selva, buscando cocodrilos, tigres y culebras”. Y en el tercero “Brujos Hechiceros”: “Somos brujos hechiceros y tenemos un cuaderno con pócimas muy poderosas que transforman cualquier cosa”. En el volumen 4 está incluida la canción “Ver pasar el tren” que se transformó en libro, a través de la editorial Pequeño Editor, con ilustraciones de Natalia Colombo. Además de la fascinación por los trenes el texto se refiere a la relación de les niñes con los abuelos, a través de la simpleza de un contenido que pueden relacionar con su vida cotidiana. El quinto y último volumen contiene otro hit, “La montaña más alta”, que habla de alcanzar la cima: “Estamos escalando la montaña más alta, queremos llegar hasta la nieve más blanca, allá arriba no hay autos ni casas, ni árboles ni flores, hay solo montañas”.
En estos últimos meses, estuvo subiendo a Spotify canciones clásicas reversionadas, como “Vendo este monigote”, un tema popular venezolano y “Drume negrita”, una canción popular cubana que cantaba Mercedes Sosa. “Rescatamos canciones clásicas e hicimos nuevas versiones que estamos grabando y subiendo. Me gusta todo lo nuevo, pero también rescatar esas canciones que vale la pena que los chicos las conozcan. Siempre buscando mucha calidad”, explica. Además, la editorial Caleidoscopio está preparando un libro que se va a llamar Murciélago, que toma una canción de cada uno de los cinco discos y convocó a un ilustrador o ilustradora para que realice un dibujo basado en cada tema.
Creadora de mundos fantásticos que se vuelven visuales por lo descriptivos, Mariana Baggio invita a les niñes a hacer propio esos universos y creerse parte de ellos, al menos por un rato, los minutos que duran las canciones. “Me inspira y me divierte cantar para chicos. Se produce un juego de ida y vuelta que me da mucha alegría. Cuando conocen las canciones se ponen fervorosos”, afirma. Con sus vestidos coloridos y su sonrisa magnética, también se hace un lugar para pensar el feminismo desde su lugar de cantante y compositora infantil, ya que todo lo que escribe y canta en algún momento tendrá una influencia en las mentes de les niñes y en su visión del mundo: “Hoy lo femenino no es un vestido de princesa, eso es un invento de Disney. Hoy lo femenino somos las mujeres, plenas, que piensan y tienen voz. Creo que todo lo que los niños escuchan en la primera infancia queda marcado para siempre, en la memoria y en el alma”.