El gobierno de Mauricio Macri le adjudicó en julio del año pasado la provisión y el montaje del equipamiento electromecánica de la represa Aña Cuá a la alemana Voith Hydro. La firma mendocina IMPSA impugnó aquel proceso ante la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), organismo encargado de la licitación, pero el oficialismo siguió adelante y el 22 de octubre, cinco días antes de las elecciones nacionales, se firmó el contrato. A raíz de ello, el 23 de diciembre IMPSA se presentó en la Justicia solicitando la suspensión de la obra y que se le de acceso al expediente. Mientras el Juzgado Contencioso Administrativo Federal Nº 8 evalúa el caso, las autoridades de EBY, las mismas que condujeron el organismo durante el macrismo, realizaron el mes pasado el pago de un primer anticipo.
“Son pasos que van dando para que cada vez sea más difícil dar marcha atrás. Después van a argumentar que retrotraer la situación va a ser costoso para el Estado, pero son ellos mismos los que siguieron avanzando, pese a las advertencias que realizamos”, señaló a PáginaI12 Fabián D`Aiello, director de Legales de IMPSA.
IMPSA cuestionó desde un inicio la participación de Voith en la licitación. El argumento fue que los alemanes habían diseñado las turbinas originales de Yacyreta, las cuales tuvieron problemas de funcionamiento y obligaron a la EBY primero a reducir su potencia y luego a avanzar con el reemplazo gradual de esas turbinas.
Con la licitación ya en marcha, IMPSA denunció también que Voith no cumplió con los requerimientos del pliego, como tener el ensayo de un modelo hidráulico. “Construir ese modelo a escala a nosotros nos costó 500 mil dólares, pero Voith se limitó a presentar resultados de turbinas similares”, destacó D`Aiello.
El 2 de mayo de 2018 se realiza la apertura de las ofertas técnicas e IMPSA termina mejor calificada que Voith, pero cuando se abren los sobres de las ofertas económicas, proceso que se demoró hasta enero de 2019, Voith se impuso al presupuestar 99,7 millones de dólares contra 104 millones de IMPSA-CIE. Esa situación terminó de inclinar la balanza para los alemanes.
IMPSA sostiene que la oferta de Voith fue más barata porque para el cálculo se tomó como referencia el tipo de cambio de abril de 2018 (20 pesos por dólar), cuando en realidad el 30 de enero de 2019 el dólar ya cotizaba a 38,6 pesos y en el momento de la firma del contrato a 57,8 pesos. Ese dato es importante porque la oferta de Voith estaba cotizada casi exclusivamente en dólares, mientras que la de IMPSA tenía un 62 por ciento en monedas locales que no ajustan de la mano del dólar sino con una fórmula atada a los índices de precios de Argentina y Paraguay. Por lo tanto, luego de las devaluaciones la oferta de Voith seguía siendo de 99,7 millones y la de IMPSA de 85 millones.
Desde la EBY podrían argumentar que se limitaron a hacer cumplir lo que decía el pliego respecto a qué cotización tomar del dólar, pero D`Aiello cuestiona que el rol de la entidad se limite a elegir la oferta más baja en un momento dado. “El pliego no decía que había que elegir la oferta más barata sino la oferta económica más conveniente. Por lo tanto, se podría haber tomado en cuenta la evolución del tipo de cambio y la mayor eficiencia de las turbinas de IMPSA, demostrada al momento de evaluar las propuestas técnicas”, agregó. Además, el gerente de legales subraya que IMPSA emplea más mano de obra argentina y paga más impuestos en el país, dos elementos que tampoco fueron tomados en cuenta al momento de la adjudicación.