Apenas cuatro años de vida tiene el Centro de Vestuario del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA). Se trata de un espacio destacado en América latina, ubicado en el barrio de Colegiales, que preserva más de 30 mil trajes con modernos estándares de resguardo y preservación. En los últimos días, la comunidad teatral manifestó su asombro y alerta porque se supo que el gobierno porteño apunta a vender el edificio. Fuentes del Ministerio de Cultura de la Ciudad aseguran que el Centro continuará existiendo y será relocalizado, una perspectiva que no reduce la preocupación de los trabajadores de los teatros.
El Centro está ubicado en Gregoria Pérez 3621/3623 y tiene salida por la calle Zabala. Funciona como depósito de sastrería, almacenamiento y custodia del fondo de vestuario del CTBA. Posee particularidades que hacen que su funcionamiento hasta el momento haya sido muy valorado: en 600 metros cuadrados preserva 37 mil prendas confeccionadas en 50 años de producción teatral, con estándares internacionales de humedad, luz y temperatura. Contiene, además, un registro fotográfico; cataloga las prendas con un software propio que registra diseñador, obra, personaje, actor, entre otros datos; y es fuente de consulta de representantes de otros teatros del mundo.
La colección “tesoro” incluye las piezas de mayor valor patrimonial, que no pueden ser reutilizadas, sino simplemente exhibidas. El proyecto de la creación del Centro de Vestuario lo presentó en 2013 la Fundación Amigos del CTBA y se concretó dos años más tarde con fondos privados, a través de Mecenazgo de la Ciudad (que hizo un aporte de 4,5 millones de pesos). Antes, la ropa se encontraba alojada en el mismo depósito pero en muy malas condiciones. De hecho, debido a la humedad, muchas prendas se habían echado a perder. La obra constó de dos etapas: la primera estuvo destinada a evitar filtraciones; mientras que en la segunda se diseñó el espacio destinado al almacenamiento. A su vez, hubo “un trabajo fino y de largo tiempo” para la recuperación del material, cuenta Carlos Guarinacci, del consejo directivo del Sindicato Unico de Trabajadores y Empleados de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA). Cuando las autoridades inauguraron el espacio, lo definieron como "el centro de vestuario teatral más grande de América latina".
Mediante un proyecto que tuvo un tratamiento exprés en la Legislatura porteña (6287, de enajenación de inmuebles), durante la última sesión de 2019, el Gobierno de la Ciudad habilitó la venta del edificio, dentro de un conjunto de 181 propiedades consideradas innecesarias (una palabra que aparece en el primero de los artículos del texto). Los factores que mencionó el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en su propuesta ante la Legislatura para desprenderse de los edificios fue “el origen de su afectación, su uso público, su estado de ocupación, su necesidad para la gestión del Gobierno y los costos de conservación y resguardo”.
“El del Centro es un proyecto muy bueno y nuevo, no cumple cinco años y quieren vender el edificio. Intuimos que detrás hay negocios inmobiliarios. No sabemos si fue vendido, si está por venderse… hay mucho silencio. Hay un rumor de que se puede llegar a mudar a La Boca”, dice a Página/12 una trabajadora que se desempeñó durante 15 años en el taller de vestuario. “El espacio está lleno de percheros; todo muy organizado. Es una locura mover todo. Hay que ver los tiempos y si realmente va a suceder. Hay una gran preocupación. No sé si hay especialistas en el traslado de prendas de esta calidad”, agrega la diseñadora.
Guarinacci, referente gremial del CTBA, cuenta que toda la información llega a los trabajadores a través de los medios y que reina la incertidumbre. Que en distintos encuentros los funcionarios del complejo se muestran “fuera de información”. Tampoco los dirigentes se han juntado con autoridades del ministerio, pero pedirán una reunión “en estos días”. “No hay nada concreto respecto de la venta, si no ya hubiéramos hecho una asamblea y tomado una medida para informar a la comunidad. Los trabajadores estamos anonadados: no sabemos a ciencia cierta qué va a pasar. Este lugar tendría que ser declarado patrimonio no sólo de la ciudad sino también del país: no existen muchos en Latinoamérica con esta calidad y este archivo. Ojalá esto tome un vuelco y tomen conciencia de lo que quieren desmantelar”, expresa el dirigente.
Una de las organizaciones que se manifestaron públicamente ante la noticia fue la Asociación de Diseñadores Escénicos de la Argentina (ADEA), que definió a la colección del Centro como “una de las más importantes del continente” e instó a respetar la “memoria cultural”. Por su parte, Artei, la agrupación que reúne a las salas alternativas de la Ciudad, considera en otro comunicado “una defraudación económica” la venta del edificio inaugurado con fondos de empresas y su “supuesta relocalización”.
La Asociación Argentina de Actores (AAA) intervino en el asunto. Su presidenta, Alejandra Darín, se comunicó con el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, quien le manifestó que “el patrimonio cultural que este material representa será preservado y reubicado”, según publicó la AAA en un comunicado. Página/12 intentó contactarse con el ministro, pero no hizo declaraciones. Cuando comenzó a circular la noticia del posible cierre del espacio, el ministerio expresó que, efectivamente, el edificio está dentro de la ley de enajenación, pero que no iba a cerrar. En un comunicado emitido este miércoles, la cartera asegura: "En caso de eventual necesidad de ser trasladado a otro espacio, la GCBA y el Ministerio de Cultura se comprometen firmemente a reubicarlo en un edificio con características similares". Esta perspectiva no es alentadora para Artei y tampoco para Guarinacci: “Para buscar otro lugar hay que hacer una inversión nueva, además de que contrae una problemática de traslado. Vamos a tener que inspeccionar y ver el costo laboral. No va a ser fácil”. Por otro lado, la diputada porteña María Rosa Muiños (Frente de Todos) presentó, aparte de un pedido de informe en torno a este tema, un proyecto de ley para evitar la venta del inmueble.