Horas después de haber sido aprobado su pliego en el Senado, el flamante embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi ratifica que en Bolivia el presidente depuesto Evo Morales está proscripto y pide observar no sólo el proceso electoral de ese país sino también el accionar de las autoridades electorales.
Sin esconder las críticas al histórico accionar del organismo regional, en diálogo con AM750, anticipa la postura argentina por la candidatura a reelección de Luis Almagro como Secretario General. Además, la mirada sobre Venezuela, Chile y la búsqueda de aliados en la región.
- ¿En la OEA qué posición adoptará el Gobierno sobre la región?
- Me he reunido con autoridades de la cancillería para reafirmar una línea, un perfil, un rumbo que tiene que ver con principios históricos de las fuerzas que integramos el Frente de Todos: la autodeterminación de los pueblos, la defensa de nuestros recursos naturales y la lucha por una mejor calidad de vida con ampliación de derechos. Nos sentimos parte de la Patria grande.
- ¿Como observa el rol de la OEA en los últimos años, que centra su mirada fundamentalmente en Bolivia y Venezuela?
- Cuando confluían distintos gobiernos de signo nacional y popular en la región pusimos en movimiento otras instancias de organización. Unasur y la Celac eran las más importantes. No tuvimos el tiempo suficiente para que maduraran instituciones de carácter permanente. El nuevo mapa político de la región debilitó esas instancias que le dieron autonomía a América Latina. Ese ciclo lamentablemente tuvo un retroceso y eso se nota. No puedo negar una historia muy sombría que tiene la OEA en haber protegido o haber sido indiferente de los procesos antidemocráticos en la región. Nuestra posición va a ser la solución pacífica de los conflictos, sin permitir intervenciones externas, ni mucho menos amenazas militares o bloqueos financieros y económicos. Esa es nuestra posición, muchos países que integran la OEA no tienen esa mirada.
- ¿Con qué países piensa lograr esa alianza?
- Básicamente con México
- El Secretario General, Luis Almagro, aspira a la reelección en el organismo ¿A qué candidato van a apoyar?
- Las autoridades argentinas están trabajando con otros países de la región en buscar otra alternativa. Se han presentado dos candidatos: el embajador del Perú en Estados Unidos, Hugo de Zela, y la ex canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa. Pero no tengo todavía una posición definitiva hasta tanto no exista una acción conjunta con otros gobiernos. Esa falta de definición tiene que ver también con que probablemente en estos años no se pudo construir un liderazgo que pueda hacerle contrapeso a Almagro. No sé si estaremos en condiciones de lograrlo de aquí al momento de la votación.
- Pero el país no va a convalidar la reelección de Almagro
- Todo hace suponer que no.
- Además de Bolivia y Venezuela ¿De qué realidades debería ocuparse la OEA?
- El poder represivo que se está desplegando es muy fuerte con claras violaciones de los derechos humanos que ya llegaron a la CIDH y que lamentablemente por el silenciamiento mediático no adquiere las mismas dimensiones en todos los casos. Hay un interés en sobreactuar e intensificar algunas situaciones críticas en Venezuela. Hay violaciones a los derechos humanos en Cochabamba, en el Alto y en ciudades de Chile que están protegidas por los medios. Tenemos que atender estas situaciones y fortalecer la acción de la CIDH. En Venezuela hay desabastecimiento, inflación, volatilidad del tipo de cambio pero que no responden únicamente a presuntos errores del gobierno sino que existe una multicausalidad que son corresponsables de la situación humanitaria.
- El Gobierno ha mantenido un accionar ambigüo sobre Venezuela, ¿cuál es la posición que se adoptará de ahora en adelante?
- No es ambigüo, es un reconocimiento a la complejidad de la situación. La actual administración no renovó las cartas credenciales de una persona que había designada por Juan Guaidó como representante venezolana en Argentina. El país mantiene su relación diplomática con el Gobierno de Nicolás Maduro que controla el territorio, las estructuras jurídicas y económicas de Venezuela. No es conveniente para ese país ni para la región sostener una sociedad partida en dos sectores irreconciliables. Hay que encontrar puentes y canales de diálogo como ya lo intentó Juan Manuel Santos, Ernesto Samper, José Luis Rodríguez Zapatero y la Iglesia católica. La Argentina está en la posición de favorecer el diálogo de las partes.
- El Presidente ha mantenido una postura clara respecto a Bolivia ¿Qué opinión tiene de la resolución del Supremo Tribunal de Justicia de impedir la candidatura de Evo Morales?
- La intervención del Presidente fue vital para preservar la integridad y la capacidad de expresión política de Evo Morales y de sus funcionarios. Debe ser activa en garantizar la transparencia de los comicios, el reconocimiento de los resultados electorales, la observación de los comicios y la actuación de la autoridad electoral para evitar este tipo de proscripciones. No basta con la acción del país, es necesario conseguir que otros países también se interesen en la transparencia del proceso electoral de Bolivia para que se reconstituyan autoridades legítimas. El Gobierno no ha reconocido la legitimidad de quien pretende ser reconocida presidenta y apuesta a un buen proceso electoral. Va a hacer falta una observación internacional muy proactiva para que se garantice la transparencia.
- La OEA tuvo un rol clave en el Golpe a Evo Morales.
- El informe electoral de la OEA favoreció un clima de fraude que no se condice con la inspección que se hizo sobre las urnas. Se conjugaron una serie de factores golpistas donde la secretaría general del organismo tuvo muchísimo que ver. Vamos a tratar claramente de revertir esa situación aún sabiendo que hay un contexto de representación en la OEA que probablemente no sea favorable a esta mirada de la Argentina.