“Estaban durmiendo y se dieron cuenta que el agua había entrado porque la cama se mojó”. El relato es de Oscar Ibarra, familiar de personas que habitan los parajes El Bobadal y El Encajonado, ubicados a unos 80 kilómetros de Tartagal, ciudad cabecera del departamento San Martín. Ambos parajes se vieron afectados el miércoles por la crecida del río Caraparí. “Había llovido mucho y también hubo crecida de otros ríos”, contó.
Ibarra afirmó que cuando su primo se dio cuenta de la crecida, se habían mojado varias pertenencias dentro de la casa. “Lo que quedó seco lo colgaron con sogas y hasta subieron a los techos por la crecida del agua. Para colmo llovía”, dijo.
Con la crecida se perdieron muchos animales que forman parte del ganado menor que crían las familias de la zona para el autoconsumo. La mercadería que acopian porque conocen el comportamiento del río en esta época del año también se perdió. “Siempre crece. Pero esta vez fue peor”, dijo Ibarra al aclarar que es oriundo de El Bobadal y conoce la zona.
Su primo, que vive en El Encajonado (a 6 kilómetros de El Bobadal), salió tras la crecida en un bote a remo hasta encontrar tierra para llegar a la casa del hermano de Ibarra, en El Bobadal. La intención era pedir “prestada” mercadería para poder sobrevivir a la creciente, dado que habían perdido todo. Dejó el bote atado una vez que encontró tierra y siguió caminando hasta la casa de su familiar. Pero la creciente llegó a El Bobadal y ya no pudo volver a su paraje de origen.
Los hechos ocurrieron a las 5 de la mañana del miércoles. Ibarra recién pudo tomar conocimiento a las 19 de ese día cuando “mi hermano logró treparse a los árboles para conseguir señal”.
El jueves fue feriado en la provincia a raíz de la conmemoración de la Batalla de Salta. Aunque ese día llamó a emergencias no logró respuestas. El viernes inició las gestiones desde temprano y hasta pidió audiencia con el intendente de Tartagal, Mario Mimessi.
Recién a las 15, y tras una actitud más proactiva por parte de Ibarra, logró una respuesta. En principio, el viernes se preveía llegar con un helicóptero a la zona llevando mercadería y colchones para asistir a los afectados. Pero hasta este sábado Ibarra no pudo tener más noticias al respecto.
En Campichuelo
Noelia López, del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MCNI), por su parte, contó a Salta/12 que unas 30 familias de Campichuelo, paraje ubicado a 30 kilómetros de Embarcación (departamento San Martín), sobre la ruta nacional 34, quedaron sin nada tras la crecida del río Seco.
“Nos contaron que si bien el río crece todos los años, es la primera vez que sucede algo así”, dijo la referente campesina, integrante del pueblo ava guaraní. Sucede que una mezcla de agua y barro generó que las casas queden tapadas hasta la altura del cerco que las dividen incluso con fincas más grandes. “Perdieron las casas, los puestos, animales y hasta los pozos de agua quedaron llenos de arena”, contó López.
La crecida con el alud a cuestas se generó “hace unos tres días”, dijo ayer la integrante del MCNI. Hasta donde pudo conocer, la ayuda que se iba a brindar era de colchones y mercadería para algunas de las familias afectadas.