Los docentes bonaerenses, que hoy habían regresado a las aulas, después de cuatro días de paro, en reclamo de una paritaria nacional y a la espera de una nueva propuesta del Ejecutivo provincial, rechazaron esta tarde la promocionada “propuesta superadora” del gobierno de María Eugenia Vidal, que significaba, de acuerdo con cada escalafón, entre 64 y 90 pesos de bolsillo. En la Ciudad de Buenos Aires tampoco hubo acuerdos. Ambos gremios anunciaron medidas de fuerza y la Confederación de Trabajadores Argentinos (Ctera) unificó las protestas al convocar a un paro de 48 horas a partir del miércoles. El 21 y 22 de marzo se realizará también una marcha federal educativa.

En la provincia de Buenos Aires dictaron la conciliación obligatoria a última noche. Los gremios están analizando si concurrirán mañana a una reunión técnica. En principio desconocieron la legalidad de la medida conciliatoria porque la provincia no tiene atribuciones para interceder en una medida de fuerza nacional ya que los gremios provinciales se protegen bajo el paraguas de la Ctera.

Tras el cuarto intermedio pedido por los sindicatos del Frente Gremial  (AMET, FEB,  SADOP, SUTEBA, UDA y UDOCBA), los docentes provinciales rechazaron el nuevo aumento del 19 por ciento, en tres cuotas en lugar de cuatro, y una cláusula gatillo por inflación, a aplicar en las liquidaciones de junio y en diciembre de 2017, ofrecido por el Ejecutivo bonaerense, y retomarán las medidas de fuerza a partir del próximo lunes, en todos los niveles, lo cual implica el no inicio de las clases en el nivel secundario.  

 

 

 

El titular de SUTEBA, Roberto Baradel, quien recordó la multitudinaria marcha de docentes del lunes pasado, denunció que el gobierno de Vidal "perdió el tiempo", repitió el reclamo original de un aumento del 35 por ciento, "10 puntos para compensar la pérdida del poder adquisitivo de 2016 y 25 por ciento para empatar la inflación de 2017", y advirtió que "la propuesta oficial deja a miles de docentes por debajo de la línea de pobreza". 

 

 

 

Mirta Petrocini (FEB), por su parte, sostuvo que habría que preguntarse “quién deja a los chicos sin clase". "Seguir jugando como al gato y al ratón sobre esta misma propuesta, categóricamente no", subrayó Petrocini.

 

 

 

Poco después del anunció gremial, los ministros de Educación y de Economía de la Provincia de Buenos Aires, Alejandro Finocchiaro y Hernán Lacunza, brindaron una conferencia de prensa, en la que el primero instó a los docentes a volver al trabajo, y el segundo insistió en que la última propuesta era "superior a las anteriores y es la que podemos cumplir sin aumentar impuestos ni endeudarnos". Lacunza pretendió demostrar que el hecho de haber aumentado la oferta original del 18 al 19 por ciento ratificaba lo sostenido por el gobierno provincial desde el inicio de las negociaciones, que "el 18 es un piso, no un techo". Finocchiaro, por su parte, exhortó a los docentes: "Vayan a trabajar y no se dejen tomar como rehenes por los gremios".     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El secretario general de UTE-CTERA, el porteño Eduardo López, a su turno, fue el encargado de comunicar el rechazo de los docentes de la Ciudad de Buenos Aires a la propuesta del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta que ofreció un 18 por ciento de aumento en dos cuotas, con el cual, según el dirigente, “la Ciudad retrocede en la escala nacional”. A través de Twitter, López denunció que mientras la Ciudad aumentó las autopistas un 80 por ciento y el subte el 66, “a lxs maestrxs nos ofrecen el 18%".