Es imposible definir a ContraPoints (Natalie Wynn). Y esa dificultad de decir quién es con un puñado de palabras es una de las razones que la vuelven tan distinta a otrxs youtubers. Ella no se sienta a hablar frente a una cámara. Con una puesta en escena que no escatima en empapelados rococó, cientos de lentejuelas, pelucas de época y labiales que brillan en la oscuridad; la filósofa trans de 31 años produce cada uno de sus videos con la exuberancia de la estética drag mezclándola con el carácter pop del videoclip de los 90. Para explicar cómo fueron las intervenciones quirúrgicas en su rostro, en el proceso de su feminización facial, sujeta en una mano una calavera humana, haciendo un juego de espejos con una pintura clásica en la que una mujer calcula las proporciones de un cráneo. Como en La lección de anatomía, ContraPoints toma el cargo del profesor de medicina que ilumina a sus suscriptorxs, pero también es el objeto de estudio. "El dolor fue memorable", afirma en el video Beauty, filmado en mayo de 2019. Meses después, se metió adentro de una bañera, se calzó una corona y cubrió su cuerpo desnudo con strass para hablar del contexto social de la opulencia. "¿Por qué el apartamento de Donald Trump parece como si Liberace se hubiera casado con un dictador turcomano y vivieran en una pastelería? La opulencia es la estética de la abundancia, de ser dueñx de todo", dice con su gracia explosiva.
De una escena barroca a una performance glam, la youtuber que en cada video suma millones de reproducciones utiliza al montaje como un remate letal. Para reírse de sus enemigxs, pero también de ella misma. Ágil como un corto animado de la Warner, ContraPoints se enfrenta a sus rivales (sea un político poderoso o un hater cobarde que le dedica comentarios que incitan al odio) con la inteligencia que supo demostrar Bugs Bunny frente a Elmer. Dejándolo en ridículo frente a su propio discurso, sin necesidad de levantarle el tono de voz. Inquieta, atrevida e ingeniosa, ContraPoints creó su canal cuando Donald Trump comenzaba a acomodar su culo en el sillón presidencial. Intentando equilibrar la cantidad de youtubers de derecha misóginos, transfóbicos, racistas y xenófobos que invadieron la plataforma.
Se dice de mí
Libre de las condiciones que puede imponerle una empresa privada para sponsorear su trabajo, ContraPoints produce sus videos a través de Patreon. Una plataforma de crowfunding donde lxs suscriptorxs y seguidorxs financian mensualmente el canal de YouTube a cambio de contenidos exclusivos. Sin planearlo, en menos de 4 años ha hecho de su filosofía mutante y provocadora un medio de vida. Una carrera que no necesita diplomas. Hace unos meses, la Biblioteca del Congreso de USA la contactó porque decidió incluir en sus archivos históricos al canal de ContraPoints. "Es muy raro estar en el lugar correcto en el momento adecuado y es posible que tenga la capacidad, el conocimiento y el tiempo para hacer algo en el mundo que haga la diferencia", dijo hace un tiempo sobre este extraño acontecimiento. Los medios tradicionales se encargaron de ponerle una etiqueta: "La Oscar Wilde de YouTube". "El hombre es menos él mismo cuando habla en su propia persona. Dale una máscara, y te dirá la verdad", dijo el autor ícono queer. ContraPoints no busca levantar el trofeo de la verdad, pero utiliza máscaras para hallar respuestas que pocxs se atreven a escarbar. No se trata de señalar al malo, o sentirse superior a él. La estrategia reside en descubrir la raíz social e histórica de diferentes razonamientos conservadores y fascistas, y nunca como sucesos aislados.
Al principio fue pura casualidad: en 2010, muchos antes de ser una celebridad de las redes sociales, ContraPoints se volvió adicta a un movimiento de ateísmo en YouTube representado por Richard Dawkins y Christopher Hitchens. Hasta que se topó con que varias de esas voces estaban presentes en webs de derecha. Fue a partir de ese tropiezo que, a los 21 años, descubrió la cantidad de personas que replicaban en internet declamaciones sobre el nuevo auge del nacionalismo en Occidente o el feminismo como un cáncer a combatir. Haciendo a un costado el rechazo, ContraPoints inspeccionó la mentalidad de su oponente para convertir al miedo en sátira. Si burlarse de lxs enemigxs no funcionó para detenerlxs es hora de encontrar otra estrategia. En sus más de 50 videos producidos, que van desde los 15 minutos a las 2 horas, ContraPoints bucea en temas complejos y delicados de una manera poco convencional: ¿De qué está hecho el racismo? ¿Es inmoral la apropiación cultural? ¿Cuándo un chiste deja de ser gracioso y se convierte en agresión? ¿Por qué es importante saber qué pronombres usar para las identidades de género?, son solo algunos de los interrogantes que la youtuber trans más que responder, dispara.
Prohibido no molestar
Ni gurú ni ejemplo a seguir. ContraPoints no busca dar ese mensaje inspirador que algunxs quieren escuchar. Todo lo contrario: muchas veces nos arrastra al rincón de la frustración. Sus primeros videos, en 2016, trataron temas que van desde su camino hacia el feminismo, a qué le teme la derecha, el sexo casual y los géneros no binarios. "En realidad no quiero renunciar a una parte de mis atributos masculinos. Tengo demasiados fuckin' géneros dentro mío", dice tomando un vaso de whisky. En el video Soy Genderqueer, ContraPoints tira de los hilos de los discursos biologicistas hasta que cada una de esas afirmaciones quedan como un vestido repleto de agujeros. Desde sus comienzos hasta el presente, la youtuber cambió a la par de sus videos. Hoy en día se niega a reencontrarse con la forma en que se presentaba ante la cámara en 2016: a veces como crossdresser o como pervertido degenerado. Mientras descubría su nueva identidad de género, como mujer trans, los videos fueron transformándose en otra clase de obra. Más lúdicos y vitales, multiplicando las ideas visuales mes a mes. No es una simple coincidencia: la transición no solo pudo verse en el rostro de ContraPoints y en cómo cambió su manera de mirarnos a los ojos, también en la estética de su obra audiovisual. Y, tal vez, mañana se presente con otra imagen (ella o sus videos), porque su arte pone en crisis a la comodidad de lo estático.
Contra la cancelación
"Desesperadamente tiro glitter en la pared con la esperanza de que la luz capte algún destello de femineidad", grita ContraPoints cuando intenta transmitir cómo se le arruina el día si alguna persona la trata de "señor". Así comienza uno de sus mejores videos, Gender critical, donde a través de la lengua y algunos disfraces arremete contra cada uno de los puntos del discurso transfóbico de las TERFs. "Tal vez abolir el género sea una buena idea, pero, ¿no sería mejor si tus genitales no determinaran qué tipo de vida puedes vivir?", lanza a la cámara. "Yo también tuve que luchar contra la misma sociedad que me decía que, en realidad, no debería ser esto. Siento que deberíamos construir algún tipo de solidaridad aquí", reflexiona dialogando con una TERF que representa la misma ContraPoints. Sus dichos nunca pasan desapercibidos, pero con el video Canceling, filmado el 2 de enero, llegó a un público todavía más masivo. Durante 1 hora y 40 minutos la youtuber se mete sin rodeos con el dilema del momento a partir de una experiencia personal. ¿Es la cancelación un remedio peor que la enfermedad? ContraPoints está interesada en desarticular discursos extremos, y nada más extremo que la cancelación. Porque la cancelación no va contra una idea, anula a la persona. En su último video, publicado el 15 de febrero, la youtuber se pone un vestido elegante rojo furioso y toma té del pico de la tetera para salir del closet. Frente a más de 800.000 suscriptorxs narra cómo le costó contar que es lesbiana, porque la heterosexualidad como la opción correcta nos la implantaron desde niñxs, seamos binarixs o no binarixs. Y muchas veces, incluso desde el mismo colectivo, se nos exige que elijamos una sexualidad y/o identidad de género para siempre. ContraPoints es una artista única porque nos invita a dudar para redescubrirnos todos los días.