Los trabajadores suspendidos de General Motors se movilizaron ayer a la mañana a la sede de Smata con el objetivo de ser recibidos por el secretario general del gremio, Marcelo Barros. Pero no tuvieron eco, ya que en la sede gremial les dijeron que el dirigente estaba en la planta, en la fábrica de Alvear. Así, debieron conformarse con entregar un petitorio en la sede sindical, donde piden la caída del acuerdo por las 350 suspensiones. Por eso, los trabajadores decidieron un corte de calle en Alberdi y Gorriti, durante más de una hora, para hacer visible el malestar por la falta de respuestas sindicales.
"Queríamos que Barros nos atienda para que nos enterara de la situación. Nosotros no sabemos si nos sigue cubriendo la obra social, si en los nueve meses se van a hacer el aporte jubilatorio", enfatizó Darío Sosa, uno de los suspendidos. "Nos iban a llamar esta semana para informarnos estas cuestiones, pero las únicas llamadas que recibimos fueron con la intención de arreglar un retiro voluntario", agregó.
El trabajador expresó las demandas del Comité de Lucha que acusa a la conducción sindical de haberlos entregado. "Nosotros resolvimos por asamblea la caída del acuerdo. Lo que nosotros estamos pidiendo es que el sindicato argumente por qué eligió la gente que se eligió, que consideramos que fue a dedo y por qué no se tomó una medida como las rotaciones de suspensiones".
Ayer a la tarde, los suspendidos volvieron a la puerta del Concejo municipal. Hoy habrá una asamblea en el Centro Cultural La Toma, a las 14.
La explicación oficial de la conducción del gremio fue que "de entrada la empresa quería echar a 400 operarios. Nosotros transformamos esos despidos en 350 suspensiones en las que los operarios cobran el 80 por ciento del salario y quedán adentro de la planta", había explicado Barros y agregó que "en estos momentos si lanzamos un paro contra la empresa le hacemos un favor a los que quieren los despidos. Nosotros lo primero que intentamos proteger es la fuente de trabajo: Una cosa es negociar con los trabajadores adentro y otra muy distinta con los trabajadores despedidos", afirmaba el experimentado líder sindical.