El obispo de la Diócesis de Orán, Luis Antonio Scozzina, se convirtió en la primera autoridad religiosa en referirse a la muerte de niños y niñas por desnutrición en el norte de la provincia de Salta. El religioso fue uno de los firmantes del comunicado publicado hace dos semanas por la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen, y ayer se refirió otra vez al tema.
"Nuestra Iglesia de la Nueva Orán vive atravesada por profundas heridas y situaciones de dolor y de cruz. El clamor que brota de tantas familias sin la posibilidad de un desarrollo digno para sus hijos. El clamor de los niños y niñas que mueren en condiciones de desnutrición y por la falta de cuidado de los distintos organismos y administraciones del Estado", sostuvo el obispo en su mensaje de cuaresma, difundido ayer al concluir la celebración del Carnaval.
Scozzina, a quien se considera muy cercano al Papa Francisco, habló también del "clamor de las comunidades originarias que no tienen las condiciones mínimas para un desarrollo humano que les garantice la salud y el crecimiento armónico e integral". Es, dijo, "una realidad pecado estructural y social que clama al Dios de la misericordia por el atropello sufrido a los territorios y a sus pobladores originarios".
El prelado recordó que el Papa "nos llama a vivir la cuaresma como un tiempo de reconciliación y de conversión", un tiempo de escucha y de discernimiento, de "volver nuestro corazón al Misterio Pascual de Cristo muerto y resucitado. Volver a centrar nuestra mirada en el camino de Jesús y de confiarnos en la misericordia del Padre". Y lo citó, para volver a referirse a los sufrientes: “La Pascua de Jesús no es un acontecimiento del pasado: por el poder del Espíritu Santo es siempre actual y nos permite mirar y tocar con fe la carne de Cristo en tantas personas que sufren.”
También citó el documento final del Sínodo de la Amazonía, realizado en octubre pasado en Roma, en cuanto sostiene que “La escucha del clamor de la tierra y el grito de los pobres y de los pueblos con los que caminamos nos llama a una verdadera conversión integral, con una vida simple y sobria", y reafirma: "Una lectura orante de la Palabra de Dios nos ayudará a profundizar y descubrir los gemidos del Espíritu y nos animará en el compromiso por el cuidado de la 'casa común'”.
Tras recordar palabras del Papa en cuanto convoca a los fieles cristianos a “aprender a mirar donde el Señor mira”, el obispo sostuvo que estas palabras animan a "realizar un camino espiritual que nos lleve a la contemplación del rostro sufriente de Cristo, en una acogida misericordiosa de nuestros hermanos heridos y agobiados por tantas circunstancias de sufrimiento".
En el mismo sentido, Scozzina dijo que es necesario "redescubrir el sentido de la limosna como apertura y acogida del otro, del 'extraño'. Abrir el corazón, manifestar la ternura de Dios con nuestra generosidad en el compartir los bienes solidariamente con los más carenciados".
"Necesitamos recobrar la esperanza en el Dios de la Vida", insistió antes de recurrir a una cita del obispo de San Isidro, Oscar Ojea: vida que "tenemos que defenderla en todas las etapas y defender los derechos a la vida de los ancianos, de los enfermos, de los muchachos y chicas que están en las cárceles, de todos los hermanos que verdaderamente necesitan tener una vida digna y honrar esa vida que es don de Dios".
Scozzina cerró su mensaje deseando "paz y bien" y que "en este año Mariano Nacional que María (...), nos enseñe a estar atentos a los signos de Dios; nos conceda vivir como discípulos para escuchar, acoger y acompañar a los hermanos".