La noticia no es una más para la televisión argentina. En tiempos en los que la tele se convirtió en una suerte de sistema cerrado de espejos que se refleja a sí misma, en donde lo que dijo tal o cual protagonista en los medios marca el pulso de buena parte de los contenidos, esta noche regresa Televisión Registrada, el programa de archivos más longevo y logrado de la pantalla chica. Tras poco más de un año de impasse, el ciclo volverá a posar su filosa mirada sobre la realidad social, política y mediática argentina, a través de sus tradicionales informes, cargados de ironía y perspectiva histórica. La décimo octava temporada de TVR se podrá ver por la pantalla de C5N, todos los sábados a las 21. “Los únicos protagonistas del programa son los informes”, coinciden en aclarar Horacio Embón y Migue Granados, la flamante y atípica dupla de conductores, ante PáginaI12.

A lo largo de sus diecisiete temporadas emitidas, TVR documentó con una clara postura política los sucesos más importantes, bizarros y extraños de la sociedad argentina. Desde su debut en 1999, por la pantalla de América, pasando por sus años en la de El Trece, hasta su finalización en diciembre de 2015 en la del 9, el ciclo se permitió registrar lo que se decía y hacía en los medios. La realidad argentina (y sus protagonistas) tuvo en TVR a un cronista inquieto, poco indulgente, que con el paso del tiempo evolucionó de la búsqueda de la curiosidad humorística de los primeros años a una narrativa audiovisual con una finalidad exegética. Si bien tuvo diferentes duplas de conductores (Fabián Gianola, Claudio Morgado, José María Listorti, Sebastián Wainraich, Gabriel Schultz, Pablo Rago), que le imprimieron su propio estilo, el gran valor del ciclo siempre fue la particular edición de informes capaces de hacer reír, reflexionar o emocionar a los televidentes. El actual escenario mediático-discursivo parece haber sido el disparador para el regreso del programa, que ya no contará en la producción con su creador, Diego Gvirtz. El productor Martín Moyano, sobreviviente de la adquisición del Grupo Indalo de PPT, será el responsable de la nueva etapa de TVR.

“El ciclo va a seguir siendo un dibujo satírico de la televisión”, subraya Embón. “Este regreso es interesante, básicamente porque se suma otra ventana más a la televisión argentina, otra mirada. Hay mucha expectativa y es lógico, porque fue un ciclo importante, que a nadie le era indiferente. Vamos a meternos con la farándula, el deporte, las boludeces que pasan en los medios, los muchachos de la CGT peleándose en la marcha... TVR no va a solucionar nada de lo que nos pasa. Nos va a entretener, nos divertiremos y hasta tal vez genere alguna reflexión sobre alguno de los temas que trataremos. En TVR entran absolutamente todos los temas”. 

Uno de los grandes interrogantes que plantea este regreso tiene que ver con cómo será la dinámica de la dupla de conductores, compuesta por un periodista experimentado como Embón y un incipiente humorista de raza como Granados. De hecho, es la primera vez que un periodista asume la conducción de un ciclo que es tanto periodístico como humorístico. “Presentar una noticia y poner la jeta al final de un informe en un noticiero tradicional es algo que sé hacer, lo hago desde hace cuarenta años. Ahora será diferente, porque somos dos conductores muy distintos y tendremos que interactuar, construir un estilo juntos. Migue tiene una versatilidad fenomenal. Sus pares generacionales lo adoran. Es repentino y ocurrente. Yo voy a seguir siendo Embón”, aclara el periodista, que mostró su histrionismo en ciclos como Zona Infinito e, incluso, haciendo cámaras ocultas para VideoMatch. “Soy ecléctico, es verdad –reconoce–. Pero una cosa es estar dispuesto a jugar para poder comunicar mejor, porque más allá de todo en TVR voy a decir lo que tengo para decir, y otra cosa son los mercenarios y los panqueques. En esa nunca entré. La honestidad y la ética no la negocio por nada”.

Si en la versión 2017 de TVR Embón será la cara más periodística del programa, Granados estará encargado de provocar las carcajadas entre informe e informe. El humorista, surgido de la cantera de Peligro - Sin codificar, dice estar cumpliendo el sueño del pibe, ya que desde los 13 años veía el ciclo. “Me gustó la idea de ser parte porque es un programa que veo desde siempre, que me acompañó casi toda mi vida. Lo acepté porque me dijeron que volvía a una suerte de formato old school, si se quiere anterior a la famosa grieta, donde era muy divertido ver el ciclo mientras comíamos una pizza”, cuenta, anticipando el tono que tendrá el modelo del programa en la pantalla de C5N.

“Esto no quiere decir que no habrá informes sobre política, ¿eh?”, aclara el rosarino, hijo de Pablo Granados. “La política será uno de los ejes, pero como lo serán otros. Más allá del momento político y social argentino actual, TVR no deja de ser un noticiero de la TV argentina. Hay una idea de recuperar el espíritu de ser el resumen semanal de lo que pasó en nuestra tele, de cómo cada canal aborda una misma noticia, de las contradicciones, los equívocos. ¡Pasa de todo todo el tiempo en los medios!”. Granados y Embón, cuentan, no ensayaron ni una vez para el debut de hoy. Toda una rareza. “Hablamos por teléfono –confiesa el humorista–. A Horacio lo conozco porque vino a Sin codificar y, mas allá de su seriedad como periodista, es un tipo muy divertido. Seguramente me pondrá los puntos todo el tiempo y probablemente casi siempre tendrá razón”.