El día martes 4 de febrero Lisandro Lombardi retiró su nueva partida de nacimiento tras haber iniciado los trámites de renovación del DNI que había extraviado. La ocasión fue también la excusa para rectificar el género con el que toda la vida se había percibido: ni masculino ni femenino, no binario. Lisandro es misionerx, provincia que por constituir un punto clave para el tráfico del evangelismo bolsonarista, se ha vuelto una de las más resistentes a las políticas de derechos. Sin embargo, la tramitación de su documento pudo ser llevada adelante por vía administrativa, sobreponiéndose a un intento previo en el que este pedido de reconocimiento fue denegado. El derrotero de la judicialización que se dio en otras ciudades del país para conseguirlo, a diferencia del administrativo, pide someter a las personas no binarias a pericias psicológicas innecesarias. A eso se opusieron Florencia González, de la Red de abogadas feministas, y la diputada provincial Anazul Centeno que asesoraron a Lisandro en este procedimiento.
Desde el martes pasado, su cara se hizo visible para todos los medios provinciales, pero sus declaraciones fueron consecuentemente criticadas por el pastor Jorge Carlos Kurrle y sus seguidores en redes (Kurrle es dueño del Canal 6, que durante el debate del aborto transmitió en vivo exclusivamente a grupos antiderechos y recibe pauta publicitaria). La interna provincial es por supuesto la misma que ya conocemos a nivel país, nada debiera sorprendernos, sin embargo hacer valer la ley todavía resulta ser fruto de un esfuerzo: “Pedí para hacerme el trámite y pregunté si en el apartado sexo podía haber una modificación registral al género no binario. La empleada del registro hizo las consultas pertinentes y la respuesta que me dieron es que ellxs no tenían capacidad interpretativa de la ley. Por tanto, yo tenía que hacer eso mediante el amparo en el ámbito de la Justicia. Cuando nos reunimos con Florencia y Anazul, empezamos a analizar las estrategias y los antecedentes de otras provincias, como Tierra del fuego, en el que el caso de Shanick Lucián Sosa Battisti fue judicializado. O de Mendoza, donde, a partir de una opinión del Área de diversidad del poder, se hizo por la vía administrativa. Hay otro caso en Santa fe y en simultáneo una tomada de pelo, la de Casilda. Le reconocen el género no binario, pero le ponen la condición de que va a ir consignando cómo género autopercibido. Sucede que todos los géneros lo son: ser una mujer o varón cis también lo es. Todo esto me generaba un poquito de temor.
Pero sin embargo, pudiste encaminarlo más o menos rápido, ¿verdad?
Se iniciaron una serie de mesas de diálogos, en principio con la directora del Registro Nacional de las Personas y después con el Subsecretario de Justicia y Seguridad, quien transmitió la situación al Ministro de Gobierno y presentó la anuencia para habilitar la vía administrativa. Todo en una forma bastante rápida. Pensé que iba a demorarse un poco más porque todavía se planteaba la cuestión de que se estaría interpretando la ley y en realidad yo lo que quería era que se la aplicara. La ley es bien concreta: reconoce la percepción del género de cada persona como una vivencia personal. Es bien fácil. Hice el cambio registral en mi partida de nacimiento, pero el trámite del documento se va a demorar un poco porque hay que pedir autorización en el Registro Nacional de las Personas para modificar el apartado que únicamente hace constar las opciones del masculino y el femenino.
¿Siempre tuviste esta misma autopercepción o fue cambiando?
Mi autopercepción es una cuestión para mí desde que tengo uso de razón. Desde muy chiquito no me sentía identificade con ninguno de los dos géneros. Siempre me pasaba que me sentía por una cuestión de seguridad mucho más cómode con las mujeres y es una cosa que aún me pasa. Pero tampoco nunca sentí la cuestión de la expresión de la identidad de género que tuviera que ver con lo femenino. Y mucho menos con lo masculino. Es una cosa que también venía elaborando desde hace muchísimo tiempo y dado el contexto político del macrismo, no me animaba a hacer el planteo ante las autoridades. No estaban dadas las condiciones ni las garantías como para poder iniciar el pedido de una solución política para que se habilite una vía administrativa para mí reconocimiento, el de mi autopercepción. Coincidió con que perdí el documento y tuve que hacerme un dni nuevo y en diciembre me presente en el registro de las personas acá, en Posadas.
¿Intuías que esto iba a cobrar tanta repercusión en Misiones?
Sabía que por ser la primer persona iba a generar revuelo, porque era una cosa que para una provincia tan atravesada por todos los dogmas religiosos produciría un impacto mediático político, pero la disidencia viene justamente a eso, a sacudir un poco el polvo de las cabezas. Lo que más me pone feliz de todo esto es algo que no me beneficia solamente a mí y que no lo hice solamente en función personal, sino que impacta en las vidas de muchas otras personas en la misma situación que siempre están guardadas en el clóset por la vergüenza y por la violencia que muchas veces socialmente se nos carga.
Shanik dijo que al fin se sintió libre después que se reconoció su género en el DNI, ¿lo vivís así también?
Sí. La sensación de libertad obviamente, pero también saber que hay un reconocimiento por parte del Estado de que sos, de que existís, es lo que hace que se traduzca en esa sensación de libertad de que une ya no es unx monstrux, ya no es una cosa rara, que une puede manifestarse en libertad. La transición personal a veces va a contrapelo de lo que es la transición social, porque a la gente le cuesta aceptar, pero también porque está la gran dificultad que socialmente hay una deficiencia en la formación en la Educación Sexual Integral. Cuestan estos procesos de autopercepción sobretodo viviendo en un mundo tan heteronormativo. Y que entre tanta heteronormatividad se te pueda reconocer, conlleva una sensación de libertad, de romper cadenas, de salir definitivamente de todos los clósets y de no negociar más con la oscuridad y el ocultamiento.