Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acordaron ayer restablecer plenamente sus relaciones y unir fuerzas para acabar con el terrorismo y poner fin al conflicto en Siria en vísperas de su sexto aniversario.
La visita de Erdogan al Kremlin en la misma semana en que Putin recibió al premier israelí Benjamin Netanyahu, y mientras Trump anunciaba que recibirá la semana que viene a la canciller alemana Angela Merkel y “muy pronto” al líder de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, lo cual demuestra el interés de Washington y moscú de tomar la iniciativa en el ajedrez geopolítico que vienen jugando desde los tiempos de la Guerra Fría.
“Trabajamos activamente en la solución de las crisis más agudas en el mundo, en primer lugar, en Siria. Me es muy grato destacar, y es algo que por lo visto nadie se esperaba, que a nivel militar y de inteligencia se está estableciendo un contacto estrecho y muy eficaz”, destacó Putin al inicio de la reunión en el Kremlin. Putin recordó que ésta es su cuarta reunión con Erdogan desde que ambos hicieran las paces en julio de 2016 tras el incidente del derribo de un avión ruso en la frontera siria, lo que demuestra que se ha restablecido “un intenso diálogo político al máximo nivel”. “Hemos acordado seguir cooperando activamente en la lucha contra los grupos terroristas, en particular, el Estado Islámico”, subrayó ya en rueda de prensa tras varias horas de conversaciones.
El líder ruso destacó que gracias a la coordinación entre Rusia, Turquía e Irán, se ha logrado no sólo el cese de las hostilidades entre el régimen de Bachar al Asad y la oposición armada, sino que, “en líneas generales, la tregua es respetada” por ambos bandos. Además, destacó que se han iniciado “negociaciones directas y concretas” en Astaná, la capital kazaja, donde se celebrará una tercera ronda la próxima semana tras la falta de progresos en la reunión de Ginebra.
Al mismo tiempo, expresó un “prudente optimismo” sobre la posibilidad de que si las principales potencias, “incluido Estados Unidos”, forman un frente común contra el terrorismo en Siria se iniciará un proceso de arreglo político “en toda regla”. Eso sí, “el principio de la integridad territorial de los Estados debe ser respetado. En ese sentido, el restablecimiento de la integridad territorial de Siria es una condición indispensable para el arreglo de la crisis”, insistió.
Erdogan también abogó por “acciones conjuntas” para poner fin al “derramamiento de sangre” en Siria, al tiempo que se preserva la integridad tanto del país árabe, donde Ankara se opone terminantemente a la creación de una autonomía kurda en el norte, como en la vecina Irak.
Además, aseguró que Turquía no tiene intención de “ocupar”, sino liberar la ciudad siria de Manbech, donde en estos momentos tiene lugar una operación antiterrorista del Ejército turco, para que regresen a ese territorio sus habitantes originarios. Erdogan subrayó que, además de acoger a 3 millones de refugiados del vecino país por motivos humanitarios, el Ejército turco se ha dedicado a “limpiar” de “elementos terroristas” miles de kilómetros cuadrados en el norte de Siria.
Al respecto, el Gobierno sirio demandó ayer en una carta a la ONU que obligue a Turquía a retirar sus tropas de territorio sirio y a detener los “ataques continuados” a la soberanía del país árabe. Damasco acusó a Ankara de “apoyar el terrorismo” bajo “instrucciones directas” de Erdogan, quien en los últimos meses ha negado que apoye el derrocamiento violento de Asad. Menos de 24 horas después de reunirse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Putin calificó a Turquía de “socio de suma importancia” para Rusia, tanto en el plano político, como económico y militar.
En particular, aludió a proyectos como la primera central nuclear turca (Akkuyu), que será construida por el consorcio atómico ruso Rosatom, y el tendido del gasoducto Turk Stream acordado por Gazprom. El Turk Stream prevé la construcción de un gasoducto con dos hilos para llevar gas a través del mar Negro hacia la frontera entre Turquía y Grecia, donde se crearía un centro de distribución para los países de la Unión Europea.
Además, destacó que había abordado con Erdogan asuntos de la industria militar, aunque no especificó si se trata de las baterías con misiles antiaéreos S-400, que Ankara quiere comprar, según fuentes oficiales turcas.
Mientras, Erdogan expresó sus condolencias al pueblo ruso por el asesinato en diciembre a manos de un policía del embajador ruso en Ankara, al que calificó de “amigo de Turquía”. “Hemos logrado superar las acciones provocativas y numerosos problemas. Considero que con la reunión de hoy hemos concluido el proceso de normalización”, aseguró.
Por ello, llamó a Putin a suspender el embargo a los productos turcos, en especial a los agrícolas, y otras restricciones al comercio bilateral, la inversión y la contratación de trabajadores de la construcción, además de restablecer la exención de visados.
Invitó a los turistas rusos a regresar a su país, antaño su principal destino, para lo que ordenó garantizar su seguridad, ante la reciente ola de atentados terroristas, ante lo que Putin dio su visto bueno.