Luis Lacalle Pou asumirá la presidencia de Uruguay este domingo poniendo fin a quince años de gobiernos del Frente Amplio (FA). El candidato de la derecha uruguaya llegó a la presidencia gracias a una coalición multicolor conformada por cinco partidos. El espectro va desde la centroizquierda, con el Partido Independiente, hasta la ultraderecha de Cabildo Abierto. Por lo que su principal reto va a ser mantener unido a su gobierno.
Lacalle Pou ganó la presidencia en la segunda vuelta alcanzando el 50,79 por ciento de los votos. El candidato del Partido Nacional (PN) logró remontar la derrota sufrida en la primera ronda, en la que se había impuesto Daniel Martínez, del FA. Obligado por ese primer resultado, Lacalle Pou formó un gobierno de coalición que estará integrado por las dos formaciones históricas de Uruguay: el conservador PN y el centrista Partido Colorado (PC). El frente se completó con los también conservadores Partido de la Gente y los ya mencionados Partido Independiente y Cabildo Abierto.
Esta amalgama de partidos se cristalizó en un reparto de las distintas carteras de gobierno. Su principal aliado dentro de la coalición es el PC, que ya gobernó junto al PN. A los colorados les tocaron tres ministerios. Ernesto Talvi, ex candidato presidencial que perdió en primera vuelta y respaldó a Lacalle Pou, será el encargado de Relaciones Exteriores. Talvi tendrá a su cargo la cuestión de Venezuela, un tema sobre el que Montevideo viene promoviendo el diálogo durante años, frente a la postura más dura de sus vecinos. Lacalle Pou ya hizo declaraciones donde mostró que se acoplará a esta ala más radical contra Venezuela.
Por su parte, Cabildo Abierto, el partido del militar retirado Guido Manini Ríos, que obtuvo cerca del 11 por ciento de los votos en octubre, se ocupará de dos ministerios. Son los de Salud y Vivienda, y se espera que en ambos haya modificiones radicales respecto de las políticas del FA. En Salud fue designado el antiabortista Daniel Salinas, que anticipó que no pretende retroceder en la ley de aborto aprobada en 2012. Pero además, al partido de extrema derecha le tocó la subsecretaría de Defensa, una designación que la semana pasada provocó el primer chispazo en la coalición. El subsecretario designado, el coronel retirado Rivera Elgue, declaró que las fuerzas armadas uruguayas no tenían que pedir perdón por su accionar durante la dictadura. Sin embargo, Manini Ríos se encargó de rechazar los dichos de Elgue. "Es muy grave e inaceptable cualquier número de desaparecidos, así hubieran sido tres”, dijo el líder de Cabildo Abierto. Luego sostuvo que los dichos de su correligionario habían sido sacados de contexto.
En tanto, al Partido Independiente, el que menos votos obtuvo de toda la coalición, le tocó el Ministerio de Trabajo. Esa cartera será ocupada por el ex frenteamplista Pablo Mieres. El PN se quedó con siete dependencias. Al frente de Economía estará la economista Azucena Arbeleche, quien tendrá el reto de enfrentar el creciente desempleo, el estancamiento de la economía y el creciente déficit fiscal. Lacalle Pou le ofreció más de 30 cargos al FA en distintos organismos, lo que generó fricciones internas en la coalición izquierdista.
Al margen de las pugnas intestinas, los principales retos de Lacalle Pou serán el impulso económico, contener la creciente criminalidad y atraer inversiones extranjeras. Uruguay creció a una media anual del 4,3 por ciento. Pero al mismo tiempo acumuló un déficit fiscal del 4,8 por ciento, el más alto en 30 años. Por lo que será uno de los campos de batalla de Lacalle Pou, que también se propone recortar los gastos del Estado ahorrando 900 millones de dólares y liberalizar el sector energético.
Durante la campaña electoral el presidente electo utilizó los datos de inseguridad para criticar al gobierno de Tabaré Vázquez. En 2018, la criminalidad se disparó un 46 por ciento, con 414 homicidios frente a los 283 de 2017. El que será ministro de Interior, el senador del PN Fernando Larrañaga, aboga por una política de mano dura. Promovió el referéndum de 2014 para reducir a los 16 años la edad mínima de responsabilidad penal. En 2019 también impulsó otra consulta popular sobre el Plan “Vivir sin Miedo”, con el que pretendía crear una Guardia Nacional y la cadena perpetua revisable. En ambos ganó el "no". Sin bien Lacalle Pou no apoyó ese plan, el hecho de que haya llamado a Larrañaga para su Ejecutivo podría anticipar una política similar.
El presidente electo adelantó que intentará convertir a Uruguay en un imán para extranjeros con talento y dinero. En concreto, persigue a 100.000 argentinos a los que pretende seducir con ventajas fiscales y facilidades a la residencia. Hace algunas semanas el ex presidente José Mujica le hizo una recomendación al respecto: "En vez de traer 100.000 cagadores argentinos, preocupémonos de que los nuestros inviertan acá".