En Orán, en donde el San Vicente de Paul es uno de los hospitales de referencia del norte provincial, en julio pasado se abrió un albergue para familiares de personas de otras localidades internadas en ese centro de salud. Por mes se enviaban $120 mil para administrarlo y brindar comida a los visitantes, además de pagar los impuestos. En total ocho personas hacen funcionar la entidad que está abierta las 24 horas. Pero hace dos días está funcionando a medias porque desde diciembre, cuando el gobierno provincial quedó en manos de Gustavo Sáenz, el envío del dinero se suspendió.
Así lo indicó la encargada de administrar el albergue, Mónica Rodríguez, presidenta de la comunidad ava Guaraní Arakuaa iya (Dueño del Saber), ubicada en la ciudad cabecera del departamento Orán.
“Conocíamos del proyecto de los hermanos wichí para tener un albergue”, dijo al contar el origen del alojamiento. La iniciativa fue presentada a la ex ministra del desaparecido Ministerio de Asuntos Indígenas, Edith Cruz. Pero desde hace dos días no hay posibilidad de solventar la comida o los impuestos que deben afrontar.
La última vez que recibió el dinero fue en diciembre. En enero y febrero se funcionó como se pudo con los fondos que aún quedaban de la gestión provincial anterior. Incluso eran depositarios de una partida de $12 mil para ayudar con algunas cuestiones económicas a los alojados. Pero ahora “no tenemos con qué más funcionar”.
El albergue cuenta con 20 camas y da contención a los familiares de pacientes en el Hospital que llegaron por emergencias. Está ubicado en el barrio Primero de Mayo, a siete cuadras del Hospital.
Antes de contar con el albergue “le dijimos a la (ahora ex) ministra que venga a ver cómo dormía la gente en los pisos del hospital y que habían presentado un proyecto”, para contar con un albergue. Desde entonces la Provincia alquiló un edificio para poner en funcionamiento el alojamiento. Pese a las consultas que realizó a los responsables provinciales del área, la encargada dijo que no hubo contestaciones que dieran seguridad respecto de qué sucederá con el albergue y de su administración. Y es que el alquiler está comprometido por al menos un año más. El pago del lugar en donde el albergue funciona está en manos de la Provincia.
Denuncia de maltrato en Tartagal
El padre de una niña que está internada en el Hospital Juan Domingo Perón de la ciudad de Tartagal, denunció que fue maltratado y que debió esperar fuera de la institución.
Se trata de Orlando Palma quien tiene a su hija de dos años internada desde hace un mes en el Centro de Recuperación Nutricional del Hospital. El hombre es de la comunidad wichi de Misión Cañaveral, de Santa Victoria Este, en el departamento Rivadavia.
El cacique de la comunidad, Nicolás Juárez, contó a Salta/12 que los padres de la nena fueron obligados a llevarla al Hospital, porque presentaba bajo peso. Entonces la acompañó su madre, y en la comunidad quedaron sus otros tres hijos, de 9, 10 y 14 años.
Esta mujer avisó luego a su familia que recibía maltratos dentro del Hospital por parte de personal de enfermería, por lo que su marido, Palma, fue a verla. Además, "él también quería ver qué trámites hacer para (realizarle) estudios porque parece que la quieren operar (a la niña)”, contó Juárez.
En lo que sigue el relato del padre y del cacique se vuelve confuso, aunque queda claro que lo que ocurrió al llegar Palma al hospital, el sábado último, fue vivido como un maltrato.
Juárez contó que Palma tuvo un entredicho con enfermeras que le habrían recriminado que solo fuera a ver a su mujer, y no a la niña. Este intercambio motivó un reclamo de Palma, quien sostuvo que iba a ver a su hija.
“Pasa que las mujeres (wichí), a veces son más sumisas y no dicen…pero las enfermeras debieran comprender como mujeres también lo que pasa”, dijo Juárez. Al terminar el horario de visitas, Palma tuvo que salir del Hospital y decidió quedarse a dormir afuera.
En el Hospital de Tartagal no había claridad por el reclamo. Referentes originarios indicaron que en la ciudad hay albergue para las familias que al llegar a la ciudad no tienen adónde ir y los empleados del Hospital lo saben. “Yo hablé con él (Palma), y dijo que se iba a quedar en el Hospital”, contó Modesto Rojas, cacique del kilómetro 5 y representante wichi de la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA).
“Miedo de ir”
“Ellos dicen que mezquinamos nuestras criaturas pero la gente termina con miedo de ir por estas cuestiones”, dijo Juárez a Salta/12, respondiendo a expresiones realizadas por funcionarios del gobierno provincial. Es ya casi una habitualidad que distintos funcionarios de la provincia culpen a los adultos de las comunidades por la falta de atención médica a los niños e incluso, por sus muertes.
El cacique afirmó que el último día que llevaron bolsones fue el 15 de febrero. Reconoció que contiene leche para las familias que tienen niños con bajo peso. “Pero dan la leche solo para ese nene y él debe compartir con sus hermanitos. Igual que las familias. Los bolsones llegan para algunas pero todos compartimos la olla”, sostuvo.
Como sucede también en otras comunidades, indicó que hay al menos unos 15 chicos con partida de nacimiento pero sin el documento nacional de identidad (DNI). Esta particularidad complica a quienes podrían conseguir mayor asistencia por tener niños menores de edad a cargo. Al ser indocumentados no acceden a ningún derecho.
También afirmó que hay tres chicos con discapacidad. Uno es sordo y no habla. Y hay dos que “sí escuchan, pero tampoco hablan”. Ninguno de los chicos tiene certificado de discapacidad.