A pesar de enfrentar tres causas de corrupción, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aventajaba el lunes por la noche a su gran rival Benny Gantz tras el tercer duelo electoral en menos de un año, que busca poner fin a una de las mayores crisis políticas en la historia del país. Al cierre de los colegios electorales, las encuestas a boca de urna daban como ganador a Benjamín Netanyahu, quien vencería a su rival Benny Gantz por entre tres y cinco escaños. Según medios locales, el recuento final podría demorarse al menos dos días.
La coalición de ultraderecha liderada por el primer ministro roza la mayoría absoluta según estas mismas proyecciones. Buscando superar los procesos judiciales que deberá afrontar a partir del 17 de marzo, Netanyahu llamó a vencer el temor al coronavirus y se comprometió a acelerar la anexión de los asentamientos judíos y del valle del Jordán, situados en el territorio palestino de Cisjordania.
El derechista Likud de Netanyahu obtendría entre 36 y 37 de las 120 bancas del Parlamento israelí. Junto a sus aliados ultranacionalistas y religiosos, quedaría al borde de alcanzar la mayoría de 61 escaños necesarios para seguir en el poder, según las proyecciones difundidas por medios locales. "Una gran victoria para Israel", celebró Netanyahu en idioma hebreo a través de su cuenta de Twitter, con una imagen de su equipo de gobierno, apenas se dieron a conocer las primeras encuestas.
Netanyahu "consiguió un gran apoyo de la gente de Israel y pronto crearemos un nuevo gobierno para continuar liderando el país como lo hizo los últimos diez años", declaró el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Israel Katz, en una sede electoral del Likud que se preparaba para los festejos. Cientos de simpatizantes llegaron al recinto, en la ciudad costera de Tel Aviv, con banderas del partido y de Israel e incluso máscaras del primer ministro.
El desempeño del Likud en estas elecciones legislativas representaría un aumento de entre cuatro y cinco escaños respecto a los comicios del pasado septiembre. En aquella oportunidad, el partido más votado fue Azul y Blanco de Benny Gantz, con 33, que ahora mantendría o bien reduciría ese número a 32. La Lista Unida, alianza que representa a la población árabe, se mantiene como tercera fuerza política, alcanzando entre 14 y 15 escaños.
De confirmarse los resultados, quedará demostrado que la acusación a Netanyahu por tres cargos de corrupción, por los que deberá sentarse en el banquillo dentro dos semanas, no afectaron significativamente al electorado. La floja campaña de Gantz, por otra parte, lo habría alejado de la posibilidad de formar gobierno.
El incremento en la participación marcó a las legislativas que celebra Israel para poner fin al bloqueo político que paraliza al Estado judío. Con las elecciones del lunes, ya son tres los comicios celebrados en menos de un año. Sin embargo, en esta ocasión la participación rondó el 71 por ciento, una cifra superior al 69,8 por ciento alcanzado en septiembre pasado, de acuerdo con los datos de la Comisión Electoral Central.
Para la prensa israelí, esta tasa no tiene antecedentes desde 1999, cuando el laborista Ehud Barak derrotó en las urnas a Netanyahu. Ni la apatía que dominó la campaña después de dos procesos electorales que no fueron concluyentes, ni el pánico generado por el coronavirus parecen haber desanimado a los votantes israelíes.
Al depositar su voto en Jerusalén, Netanyahu llamó a vencer el temor a la epidemia. "Está totalmente controlado, todos pueden acudir a las urnas a votar con confianza", aseguró. El primer ministro se había comprometido el día anterior a acelerar la anexión de los asentamientos judíos y del valle del Jordán, situados en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, para atraer el voto de los colonos.
En ese sentido, los palestinos lamentaron una victoria de los partidarios de la anexión. Los sondeos a boca de urna muestran que "la colonización, la anexión y el apartheid ganaron", declaró a través de un comunicado Saeb Erakat, secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina.
El anuncio en enero del promocionado plan de paz del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que favorece claramente los intereses de Israel, fue otro aliciente que permitió frenar la caída del líder del Likud en los sondeos después de haber sido acusado por el fiscal general por tres casos de corrupción. El mandatario deberá presentarse por primera vez ante el tribunal de Jerusalén que va a juzgar su caso el próximo 17 de marzo.