La autopsia de Carlos Orellano se convirtió ayer en el eje de una nueva polémica: la familia pretendía que la perito de parte Virginia Creimer pudiera actuar sobre el cuerpo junto a tres asistentes que filmaran y tomaran nota de cada paso, mientras el jefe de los fiscales de la Unidad de Homicidios,  Adrián Spelta, determinó que sea un juez quien autorice esa participación. “Nos ponen un palo en la rueda. Pareciera que el jefe de fiscales fuera el abogado defensor de la parte denunciada. Nos exige una orden judicial de un juez para que actúe la perito de parte, que tiene el equipo más especializado de Latinoamérica”, dijo el padre de la víctima, Edgardo Orellano, visiblemente contrariado por la nueva instancia judicial que debía sortear. Creimer se quejó : "Lamento que no suene humilde pero, además de escribir un libro sobre las ciencias forenses y los derechos humanos, soy la persona con más experiencia en protocolo de Minnesota, por eso intervine en causas como Franco Casco, Pichón Escobar y María de los Angeles Paris". "Intervine con bisturí en mano porque, en ese momento, en el Instituto Médico Legal no sabían cómo aplicar el protocolo", recordó la experta forense. El conflicto se resolvió pasadas las 14 , en el Centro de Justicia Penal donde se realizó una audiencia en la que el juez de Primera Instancia, Nicolás Foppiani, resolvió que la perito de la familia no podrá actuar sobre el cuerpo en la autopsia pero fue autorizada a estar presente junto a su equipo, hacer observaciones y registrar material fílmico y fotográfico de la intervención. Igual decisison adoptó sobre el perito de parte del boliche Ming.

Según lo dispuesto por la Justicia, el cuerpo del joven que había desaparecido en la madrugada del lunes 24 y apareció muerto en el río dos días después, fue trasladado al mediodía desde el Instituto Médico Legal al Hospital Eva Perón, donde se le realizaría una tomografía computada. El traslado se realizó como estaba previsto, la ambulancia que llevaba el cuerpo de Carlos Orellano fue custodiado por dos patrulleros de la Policía Federal. Una vez terminada la tomografía, el cuerpo debía volver al IML para continuar con el procedimiento.

 

Tras la reunión con el juez, la doctora Creimer sentenció: “El protocolo se va a aplicar como corresponde, no a medias. El juez no permitió que tocara el cuerpo. Pero no significa que deje pasar cuestiones inadmisibles. Si las observaciones no son tomadas en cuenta voy a solicitar que se detenga la autopsia. En la medida que no se cumpla con los protocolos y que no esté garantizada la justicia vamos a parar la autopsia”.

“El Instituto Médico Legal se negó a que mi equipo interviniera en la autopsia. Impedían que esta querella tuviera todos los médicos necesarios. Pero se le explicó al juez que mi equipo debía ingresar como establece el protocolo de Minesotta”, afirmó.

Por su parte, el padre del joven,  remarcó: “Nos querían bajar el equipo de médicos que venían a peritar. Tuvimos que pedir la orden un juez. No fue fácil convencerlo. Creimer es una de las mejores especialistas, por eso tienen miedo de lo que va a encontrar”.

“Los fiscales hacen lo que quieren. Por eso pasa lo que pasa en Rosario, porque tenemos esta justicia. Estos fiscales encubren a los asesinos. Esto no va más”, dijo, indignado.

Ante la situación en torno a la autopsia, familiares y amigos de Carlos Orellano se manifestaron en la puerta del Instituto Médico Legal de Rosario. Es así como un gran grupo de personas se congregó en el lugar bajó la premisa “Justicia por Bocacha”.