“Supervisión musicológica y coordinación general: Jaime Roos”. La leyenda figura en el trasfondo de la lámina interna de cada uno de los discos reeditados. Los veinte que el genial compositor uruguayo publicó entre el lejano y bello Candombe del 31, en 1977, y la selección Selladas 2, labor poblada por rarezas de todas sus épocas, hasta 2019 inclusive. Claro que el ciclópeo trabajo, basado en restauraciones y remasterizaciones en alta definición, no vio la luz de una. Fue por partes. Arrancó en 2015 con los primeros cinco trabajos. Al año se hizo justicia con los siguientes seis, en dos tandas. Y ahora, tras alguna demora, es el turno del anteúltimo combo de la colección que va desde Si me voy antes que vos (1996) hasta Fuera de ambiente (2006). Es decir, el puente epocal entre fines de siglo XX y comienzos del XXI.

La tercera entrega refleja entonces el momento en que, a caballo de la popular “Amándote”, el nombre del músico terminó de salir del ghetto melómano porteño y se instaló en un imaginario más amplio de seguidores, más allá de las fronteras de la Banda Oriental. Si me voy antes que vos, en efecto, es el trabajo que generó tal punto de inflexión. Acompañado por un raid fotográfico que muestra al hombre de Barrio Sur con sus gafas y la clásica campera de cuero negra, posando en la puerta del bar Los Beatles de Montevideo, es el que contiene una de las canciones más hermosas de su cosecha, en dos versiones: con y sin Mercedes Sosa. Una más onírica; la otra más cruda en su uruguayosidad, con Freddy Bessio, el grupo La Doble y el coro Los Mareados en lugar de la Negra. En ambas, a diferencia del resto del disco -excepto “Good Bye (El tazón de té)”-, la reedición a cargo de Sony aprovecha las mezclas originales. Las restantes fueron remezcladas, y se nota claro en la escucha comparativa entre el disco original y el flamante.

El plus perla de la nueva edición de Si me voy… es “Sin saber por qué”, canción que orilla los siete minutos, cuyo origen se remonta a 1983, cuando Roos le puso letra a una música de Jorge Galemire, guitarrista de Repique. El tema, uno de los preferidos del cantante, había quedado fuera del disco original por el motivo que arguye Roos para legitimar su reedición: “la fecha inamovible” de la entrega del disco al sello. “Planifiqué mal la grabación, el tiempo no alcanzó y se produjo un interminable efecto dominó de problemas”, explica en el librito interno, disculpándose por las mezclas mal terminadas y las masterizaciones defectuosas. “(Por eso) Esta edición no complementa la de 1996, la sustituye”, sentencia. El propósito del meticuloso Jaime, en efecto, es que sus discos puedan ser escuchados tal cual fueron concebidos.

Es el caso de Concierto aniversario. Solo de trata de vivir y disfrutar aquellos inolvidables temas que Jaime grabó en vivo en tres Teatros Solís (10, 11 y 12 de junio de 1997), bajo el fin de conmemorar el veinte aniversario de Candombe…. Retrospectiva de lujo, entonces. Escuchar o volver a escuchar piezas -muchas de ellas provenientes de la época de los candombailes- como “Se va la murga”, “Los olímpicos”, “Piropo”, “El hombre de la calle”, “Cuando juega Uruguay”, “Las luces del estadio”, “Cometa de la farola” o “Durazno y convención” en vivo es un ejercicio de lo más placentero que pueda pintar para los amantes de la música del Río de la Plata (con aires beatle). Bajo la sólida impronta instrumental de la agrupación La Doble Uruguaya, la segunda entrega de la serie es un compendio impecable para comprender al Roos del siglo XX en toda su esplendorosa dimensión.

La vuelta de página, la llave de entrada al nuevo siglo, se llama Contraseña. Entonces alejado de los escenarios, refugiado en estudios de grabación, Jaime arregló y registró doce temas pertenecientes a sendos autores montevideanos, entre los que se destacan “Amor profundo”, de Alberto Wolf; “Esa tristeza”, belleza de Eduardo Mateo; “No pienses de más”, de Jorge Drexler; y “El loco Antonio”, de Alfredo Zitarrosa, más una excepción de letra y música propia: “Milonga de Gauna”. Una de las novedades de la reedición es que las versiones de “Calle Yacaré” y “Sin saber por qué”, a diferencia del resto, no son las originales sino las que Jaime corrigió para incluir en el “semicompilado” Candombe, murga y rocanrol, publicado en 2004. La otra novedad es la inclusión de cinco temas extra: la versión de “Siga el baile”, de Warren-Donato, que fue utilizada para el final del film “Luna de Avellaneda”, más cuatro piezas que habían quedado fuera de Concierto Aniversario: “La hermana de la coneja”, “Tu laberinto”, “Expreso horizonte” y “Colombina”, lindos hallazgos en vivo, que no pudieron entrar donde corresponde, por excederse en el tiempo. 

La serie restauradora se obtura en Fuera de ambiente, discazo publicado en 2006. Con la tapa levemente modificada (la foto es la misma, pero con otro trasfondo estético), la edición definitiva del último disco en estudio de Roos connota su rico mundo interior, tal vez mejor que cualquier obra anterior. Las canciones son las mismas que las de su original, solo cambian las mezclas de tres de las más emblemáticas: “Postales para Mario”, “Catalina”, dedicada a su madre, y “Solo contigo”, aquel de la frase existencial que pinta al músico de cuerpo y alma: “Decime que voy bien, así se alivia el destino”. Tal destino, una vez concluida la reedición integral y final de su obra en otoño, implicará el festejo de sus “cincuenta años en cancha” -como el artista define su trayecto- con un concierto a todo trapo en el auditorio del SODRE, y también en Buenos Aires, con lugar y fecha a confirmar.