Uno de los lineamientos de la programación de artes escénicas para este año de El Cultural San Martín es la “igualdad de género”, según expresó Diego Berardo, flamante director del espacio. “Tener dramaturgas, directoras y productoras, no sólo artistas arriba del escenario, es muy importante en estos tiempos en que se ponen en valor la lucha y el protagonismo de la mujer en la vida social y en la cultura”, agregó. El espacio, que depende del Ministerio de Cultura porteño y se encuentra en Sarmiento 1551, está cumpliendo 50 años.
La programación comprende varias reposiciones. Las propuestas para el mes que comienza son Danza i peligro, de Fabiana Capriotti; Sexy. O de la insolencia, de Capriotti y Marie Bardet; y Migrantes, una obra para un solo espectador. También varios reestrenos: Cuando las luces se apagan, de Lisi Dikof, que toca los tópicos de la identidad y la memoria; Un viaje a ciegas, de Facundo Bogarín, espectáculo de teatro ciego; Rubios, del célebre Grupo Krapp; El placer, de Jorge Eiro; y Joey, de Cecilia Bassano. En abril comenzará el ciclo “Danza al borde” con Trampa al tiempo, de Ana Garat, trabajo que indaga en el transcurso y la sucesión del tiempo. NOTANTO, de Sebastián Cárdenas, oscila, según anticipa la sinopsis, “entre el profundo disparate y el amor fraternal”.

Rubios, del Grupo Krapp

Dennis Smith –conocido por los unipersonales Negra y BoyScout, entre otros- dirigirá Mein Kampf, farsa, musical sobre un texto del húngaro George Tabori, que traslada al hipotético escenario de una Viena de entreguerras en la que un joven Hitler se aloja en la pocilga de Schlomo Herzl. Será en mayo, cuando también estrenen Tríptico, de Pablo Lapa, con escenas de obras de García Lorca; y Eternidades, de Pablo Gorlero. En el marco de “Danza al borde” se podrá ver Otra comunidad, de Iván Haidar, continuación de la exploración que el artista inició con el solo Otra línea, de 2018. Finalmente, Laboratorio del yo, de Antonella Costa y Mariano Dorr, es un ciclo de monólogos breves leídos por actrices, acompañadas por música y danza en vivo.
Ya en junio, Erika Halvorsen estrenará Rosa, encuentro entre una joven actriz recién llegada a la ciudad y la mujer que protagonizó el éxito televisivo Rosa de lejos. Laura Paredes, integrante del grupo Piel de Lava, fue convocada para el ciclo “Invocaciones” para traer de nuevo a la vida a Lorca. En tanto que en julio, Mariela Asensio pondrá en escena Esa extraña forma de pasión, texto de Susana Torres Molina. Y el hasta hace poco director del Instituto Nacional del Teatro, Marcelo Allasino, estrenará Mil palabras en agosto. Julieta y Julieta, obra que Lorena Romanin estrenó hace una década, es una de las obras de septiembre. También Hermafrodita, notable trabajo con interpretación y dirección de Carlos Casella y Mayra Bonard, que comparten este último rol con Alfredo Arias, estrenado en el FIBA. En Regina, Pepe Cibrián Campoy vuelve a adentrarse en la historia nacional. Una casa llena de agua, de Tamara Tenembaum, es otro de los estrenos previstos para este mes. En noviembre será el turno de una obra sobre la vida y el asesinato de las hermanas Mirabal, llamada 25 de noviembre o el comportamiento de las mariposas (otro reestreno), de Jimena Coppolino.
El breve acto contó con la presencia de funcionarios como Jorge Telerman, director del Complejo Teatral Buenos Aires, y María Victoria Alcaraz, directora del Colón. El ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, fue otro de los oradores. Destacó la “importancia” de los espacios culturales en “la historia colectiva e individual”.