A una semana del comienzo lectivo de las escuelas secundarias, la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires lanzó una guía de concientización sobre el Último Primer Día (UPD). Se trata del festejo que realizan los estudiantes del último año del secundario por el primer día de clases. Algo muy similar a lo que se ve a fin de año con el fin de la cursada, con bombos, cotillón, disfraces, gorros, etcétera.
La iniciativa que se lanzó está enmarcada en la campaña comenzada en 2018 por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, que dirige el Defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires, Walter Martello. La idea es que en las escuelas se trabaje el UPD como un hecho pedagógico y se desarrollen estrategias para que los padres y la comunidad educativa dialoguen sobre lo que implica el consumo excesivo de alcohol.
La guía incluye una serie de recomendaciones y pautas que sirvan de puntapié inicial para que se hable sobre el Último Primer Día tanto en las escuelas como en el hogar. El UPD de este año, en la Provincia y Capital Federal, está previsto para la tarde del próximo domingo 8 de marzo. La principal preocupación pasa por el consumo de bebidas alcohólicas.
Según Martello, la guía pretende “ser un aporte para que exista una campaña nacional y provincial de prevención, que no solo abarque el Último Primer Día, sino también a todo lo que implican las causas y consecuencias del consumo excesivo de alcohol por parte de jóvenes”. El funcionario estimó que el UPD “debe trabajarse durante todo el año con propuestas y metodologías que estén en la planificación anual de las instituciones escolares” y que debería “formar parte de los acuerdos institucionales de convivencia, de modo que se reafirme la responsabilidad colectiva en torno a las prácticas de cuidado para este día”.
El Defensor remarcó que las medidas a adoptar desde la escuela no deberían ser solamente de sanción o prohibición. “Los chicos y las chicas deben ser parte de la mesa de dialogo. Deben ser escuchados y aconsejados. Entre todos y todas debemos construir nuevos sentidos”, estimó. El funcionario manifestó además que hoy hay un rol más activo desde la Sedronar, que “ha elaborado un documento destinado a padres y educadores”.
El año pasado se conocieron los resultados de una encuesta del Observatorio de Adicciones en escuelas públicas y privadas del Gran La Plata, y que abarcó a 632 niños, niñas y adolescentes. Casi el 70 por ciento de los niños de 12 a 14 años manifestaron haber consumido alcohol alguna vez. Cuando la edad de la muestra se extiende a 17 años, la respuesta afirmativa de consumo llegó al 88,2 por ciento.
Además, uno de cada diez admitió consumo de alcohol diario y/o entre semana y el 25 por ciento reconoció que bebe durante los fines de semana. Uno de cada cinco manifestó beber cinco o más tragos en una misma ocasión. Este volumen los ubica dentro del patrón “Consumo Episódico Excesivo de Alcohol”.
A través de la aplicación del Test de Crafft, el 42 por ciento de la población estudiada dijo haber manejado en estado de ebriedad o haber viajado en un automóvil conducido por alguien que había consumido alcohol o drogas ilegales. Este dato adquiere particular relevancia, dado que en la Argentina, según las estadísticas oficiales, los accidentes de tránsito representan la primera causa de muerte en menores de 25 años.