El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, inicia mañana una gira norteamericana en el sur de Florida, que incluirá un encuentro con su homólogo Donald Trump, con quien discutirá la crisis de Venezuela, y la firma de un acuerdo de defensa en el Comando Sur. "Vamos a cenar en Mar-a-Lago. Él quería cenar en Florida", dijo Trump a la prensa este viernes. "El presidente va a usar esta reunión como una oportunidad de agradecer a Brasil por su estrecha alianza con Estados Unidos", agregó la Casa Blanca en un comunicado. Además de las "oportunidades para restablecer la democracia en Venezuela", los presidentes hablarán de la paz en Medio Oriente, de políticas comerciales e inversión en infraestructura.
Apodado el "Trump del Trópico", el presidente ultraderechista brasileño se reconoce como un gran admirador de su par estadounidense. Ambos lideran las medidas de presión contra el gobierno venezolano y son parte del medio centenar de países que consideran ilegítimo al mandatario Nicolás Maduro y, en cambio, reconocen como presidente encargado al líder de la oposición, Juan Guaidó. El jueves, el gobierno de Brasil ordenó el retiro de todos sus diplomáticos y funcionarios del servicio exterior en Venezuela y pidió a Maduro que retirara los suyos del territorio brasileño.
Este domingo, Bolsonaro hará su primera visita el Comando Sur estadounidense, en la ciudad de Doral, vecina a Miami, que dirige las operaciones militares en el Caribe, Centro y Suramérica. Allí firmará junto al almirante Craig Faller un "Acuerdo de proyectos de investigación, pruebas y evaluación que expandirá las oportunidades de ambos países de colaborar y compartir información en el desarrollo de nuevas capacidades de defensa".
El lunes y el martes, Bolsonaro tiene previsto encuentros con empresarios, primero en el Seminario Empresarial Brasil-Estados Unidos en Florida y al día siguiente en la Conferencia Internacional Brasil-Estados Unidos, ambos en Miami. Bolsonaro "está viajando a Miami en gran parte para asegurarle a los inversores que Brasil está abierto para los negocios", dijo Anya Prusa, especialista en relaciones EEUU-Brasil del Instituto Brasileño del Centro Wilson. "El país ha pasado muchas dificultades los últimos cinco o seis años desde el punto de vista económico", añadió, detallando que si bien salió de la recesión, oficialmente en 2017, su crecimiento ha sido "lento y débil".
Ambos presidentes "tienen una buena relación personal que no siempre se ha traducido en políticas estadounidenses que beneficien a Brasil, aunque a nivel personal parecen llevarse bien. Bolsonaro es bastante 'fan' del presidente Trump y eso ayuda", añadió la experta.
El miércoles, el instituto oficial de estadísticas IBGE mostró que la economía de Brasil creció sólo 1,1 por ciento en 2019, lo cual representó una caída respecto a la expansión de 1,3 del PIB de la mayor economía latinoamericana en 2017 y 2018. Esto frustró las expectativas de despegue rápido creadas por el programa liberal de Bolsonaro.
El presidente dijo en un tuit el mes pasado que buscará durante su gira asegurarse un acuerdo con el fabricante de vehículos eléctricos Tesla para la instalación de una planta en Brasil. Bolsonaro visitará además, el martes, la planta del fabricante brasileño de aviones Embraer en la ciudad de Jacksonville, casi 600 Km al norte de Miami.