“La situación en el Ingenio San Isidro es una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento a raíz de la desidia de una patronal que ha mostrado un desprecio absoluto por la salud y la propia vida de nuestros compañeros”. Así manifestó el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar San Isidro, (SOEASI), Mariano Cuenca. Lo hizo en el marco de una inspección que se realizó a las instalaciones del ingenio ubicado en Campo Santo (departamento General Güemes), el miércoles pasado. Los referentes del Sindicato fueron impedidos de ingresar a la inspección.
“El Ingenio La Esperanza estaba mejor que el San Isidro”, dijo por su parte el abogado del Sindicato, Enrique Wandschneider, al hacer la comparación con el Ingenio jujeño que explotó en noviembre del 2019 dejando un saldo de 8 muertos.
Al igual que en La Esperanza, San Isidro produce alcohol anhídrico. Según pudieron registrar por los relatos de los trabajadores, el estado de las calderas preocupa y en la destilería “hay emanaciones de gases”, además de algunos problemas de infraestructura como escaleras rotas o sin barandas.
Afirmó que ante el impedimento del ingreso del Sindicato a la inspección se interpuso un recurso ante la Secretaría de Trabajo de la provincia a fin de que permita su presencia. “No había mucho ímpetu de ir contra la empresa” explicó Wandschneider. Entendió que esto denota sobre todo más una posición “ideológica” desde la administración provincial.
Cuenca por su parte sostuvo que la del miércoles es “una nueva práctica discriminatoria por parte de empresarios inescrupulosos que pretenden hacer desaparecer a los sindicatos y burlar las normas legales vigentes”.
La respuesta al planteo sindical no llegó de parte del ingenio administrado por la empresa ZADAR desde la retirada del Grupo Gloria, sino que la hizo el otro sindicato conformado hace poco con 180 trabajadores. En algunos medios salteños el secretario general de la Unión de Trabajadores Azucareros San Isidro (UTASI), Carlos Núñez, aseguró que se controla la existencia y mantenimiento de las distintas medidas de higiene y seguridad en las instalaciones de la empresa. Además criticó la “intransigencia” del SOEASI.
Para Wandschneider el “secretismo” con el que actúan los administradores del Ingenio es preocupante. Más con el antecedente de lo ocurrido en La Esperanza.
El conflicto entre trabajadores y empresa lleva en el Ingenio San Isidro más de dos años. Para ese tiempo el Grupo Gloria cerró el Ingenio de un día para el otro dejando a 730 trabajadores sin empleo. ZADAR se hizo cargo. Fue casi al año de inactividad y con un tercio de los empleados. Ninguno de los despedidos cobró la indemnización correspondiente dado que les pagaron solamente el 50 por ciento.
Cuenca denunció que desde siempre el representante de la empresa, Diego Ruiz, y sus socios intentaron anular la actividad sindical en su empresa, negándose a todo tipo de diálogo bilateral con el SOEASI.
Cuenca recordó que “ya hubo varios accidentes de trabajo con serias consecuencias para los afectados”. Informó que ante los diversos conflictos planteados entre el Sindicato y la empresa, la Secretaría de Trabajo provincial convocó para el 13 de marzo a una nueva reunión entre el SOEASI y el sector patronal del Ingenio San Isidro.