Tengo la oportunidad de hablar sobre temas sensibles para una sociedad muy heterogénea. En las temáticas de género si pasás por tomar contacto y luego ser víctima de la violencia de género, deberás elegir entre tener la fuerza para sobreponerte y seguir adelante o perecés en el dolor y el miedo de volver a sufrir lo mismo.
Cuando la discapacidad ingresa en tu casa, de nuevo tenés la posibilidad de vivir con ella o morir en el diagnóstico. Son temas unidos por la vulnerabilidad. Repasando los avances de las luchas sociales, a partir del reconocimiento de clase de los colectivos que integran la diversidad de los sustantivos discapacidad y género, se han obtenido logros crecientes. El sólo hecho de poder denunciar es un avance: hace más de treinta años, sólo podías llorar en soledad. Hoy podés recibir sororidad y apoyos de distintxs actorxs sociales.
En la actualidad, con la "tan controvertida", para algunos sectores, ESI, brindamos la posibilidad de que en la infancia aprendan que se respeta al/lx otrx y a su intimidad, y todo aquello que se haga sin respetar ese aspecto está mal. En esa línea, consigamos que nuestrxs infantxs sean incluidxs en las escuelas por ser niños o niñas que tienen derecho a la educación sin barreras sociales en una educación inclusiva, real , concreta sin hipocresías, que sea sin discriminación, que deja las mismas heridas que dejan los abusos, el buylling y el maltrato. Logremos esto sin trabas burocráticas y sin el costo traumático de lxs estudiantes discriminadxs y PcD ( Personas con Discapacidad ) sin tratamientos ni acceso a reclamar. Porque cuando tenemos Certificado Unico de Discapacidad (CUD), estamos bajo la órbita de la Ley 24.901, de Prestaciones Básicas en Habilitación y Rehabilitación Integral de las Personas con Discapacidad.
Sin embargo, cuando recurrís al organismo de contralor, la Superintendencia de Servicios de Salud, aun contando con obra social o prepaga, aun siendo beneficiarix de Pensión No Contributiva (PNC) y teniendo Incluir Salud (Plan Federal de Salud) simplemente no hay manera de pelear lo que te corresponde, salvo en la Defensoría del Pueblo o en defensorías zonales. Como sociedades debemos intentar desarrollar empatía, podernos poner, de verdad, en el lugar del otrx. Cuando hay un caso como el de Renzo Villanueva, niño de 7 años arrojado de un 7° piso por su progenitor y su pareja, y ambos obtienen morigeración de pena, o quedan impunes los femicidas de Lucía Pérez, no me alcanzan las palabras. Aún no sabemos qué pasó con María Cash ni con Julio López, y vuelven a faltarme las palabras para mencionar todos los casos.
Sólo se me ocurre pedir a quienes lean estas líneas: si te sentís identificadx, si sentís que debemos hacer algo, hablemos con nuestras hijas e hijos, inculquemos la idea de inclusión desde el principio, desde la cuna. Consigamos mejorar los accesos a reclamar lo que nos corresponde, salgamos del “no te metás”. Digamos “Nunca Más” en todo sentido. Esto y la militancia activa en defensa de las PcD nació del diagnóstico de Santiago y Julián, mis hijos dentro del espectro autista. Descubrí que tenemos un montón de falencias, pero conocí un mundo maravilloso y diverso. Asumí el compromiso, estudio y aprendo todos los días. Y todos los días agradezco haber salido de mi ignorancia y participar activamente para modificar el paradigma hacia una sociedad más empática, sana, solidaria y con espacios comunes que podamos ocupar. Llegó el momento de abrazar la diversidad. Vamos por un 2020 INCLUSIVO.
*Karina Herrera, mamá de Santiago y Julián, ambos con TEA. Presidenta de la Asociación Civil Familias, Personas con Discapacidad y Prestadores por la Inclusión (AFAPPREI).