Julián Assange, uno de los impulsores de Wikileaks, viene padeciendo la persecución, arrestos y prisión por difundir información que pone al desnudo las maniobras de los poderosos a nivel global.

También a nivel global se da el asedio y el hostigamiento mientras su salud se va deteriorando. Múltiples protestas reclaman su inmediata libertad pero los cancerberos de diversas latitudes siguen conjurados. 

Como en la antigüedad, los déspotas y los demócratas castigan al mensajero. Los mismos que fomentan y potencian el flujo de mercancías y dividendos financieros y bursátiles restringen el paso de miles de personas que buscan refugio huyendo de las hambrunas, de las guerras, de las matanzas.

Además de los mecanismos y dispositivos de aniquilamiento y las armas convencionales, recurren a la psicopolítica.

Apuntan no sólo a manipular los cuerpos sino también la psique a través de estrategias disuasorias de la rebeldía y la disidencia.

Buscan la mansa y voluntaria aceptación de la dominación y el sometimiento.

No lo lograrán. Siempre habrá focos de resistencia aun en las peores circunstancias.

 

Carlos A. Solero