La inminente elección de una o más empresas para controlar los derechos televisivos del fútbol nos hace perder de vista la rapidez con que recibirán el retorno de su multimillonaria inversión. Una fuente de la industria que consultó PáginaI12 estima que “en un año, a lo sumo uno y medio, ya estarán ganando dinero. El cálculo más cauteloso es que el 25 por ciento de los hogares paguen para ver los partidos”. Si en el país se estima que hay 11.045.155 abonados al sistema de cable –el dato lo dio la consultora Business Bureau en febrero–, con que el paquete lo abonara una cuarta parte de la clientela, lo que pongan Fox-Turner, ESPN o Mediapro sería recuperado mucho antes de que finalicen su contrato con la AFA a diez años (cinco con opción a cinco más). Eso explica la disputa entre las tres por apropiarse las imágenes de un fútbol tan conflictivo como imprevisible. Pero además, sugiere que habrá un ganador no visibilizado con nitidez hasta hoy: el Grupo Clarín y su principal unidad de negocios, Cablevisión, que domina el 40 por ciento del mercado de la TV paga. 

Los dirigentes tienen en sus manos la decisión más estratégica de todas las que pudieron haber tomado hasta el momento. Incluso, más importante que la propia elección del presidente que gobernará el fútbol argentino por los próximos cuatro años. “Todavía no se resolvió nada, hay que ver ciertas condiciones. Vamos a elegir a la mejor, aunque las tres propuestas son buenas”, le dijo a este diario Nicolás Russo, el presidente de Lanús y uno de los siete integrantes de la comisión de derechos audiovisuales de la AFA que está seleccionando a la oferta más ventajosa. La compañía o las compañías ganadoras se conocerán entre mañana y pasado. 

Si hasta ahora el joint venture de Fox-Turner corre con cierta ventaja es porque se sabe que tiene un as de espadas: en una nota enviada por dos apoderados de Televisión Satelital Codificada (TSC) –una sociedad de Clarín y Torneos y Competencias– a la cadena estadounidense Turner le anunciaron que “nuestra representada se compromete a no continuar el mencionado juicio contra la AFA reajustando sus pretensiones de forma tal de viabilizar la finalización del proceso judicial sin costo para la AFA”. 

Los representantes de TSC, Carlos Martínez Nuñez y Julio Franco, aluden a la demanda que esa empresa le inició a la asociación del fútbol en 2009, después de que perdiera los derechos de TV a manos del gobierno de Cristina Kirchner. La carta de una carilla fechada el 22 de febrero pasado señala en su cuarto párrafo: “… ninguno de los compromisos asumidos por TSC bajo la presente tendrá validez ni virtualidad jurídica alguna frente a ninguna persona física ni jurídica distinta de Turner ni en caso que Turner no resulte adquirente de los citados derechos en la forma expresada precedentemente”. Ergo, la AFA zafaría de aquel juicio que podría llegar a los 5 mil millones de pesos. Siempre que el tándem Turner-Fox le asegure al Grupo Clarín un negocio tan rentable al que también apuesta desde Flow, la nueva plataforma de contenidos que ya le ofrece a sus abonados de Cablevisión.

Russo dejó abierta la posibilidad de que los derechos audiovisuales se adjudiquen a más de un oferente aunque, en ese caso, la carta-compromiso de TSC quedaría sin efecto, a no ser que se establezca otra salida. “Nosotros no nos vamos a meter, será un problema de la empresa que obtenga los derechos. Si quiere repartirlos, lo podrá hacer.” Un asesor al que apelaron los dirigentes en estos días aconsejó que lo ideal sería otorgarle el manejo del fútbol por TV a una sola de las competidoras.

Esa opinión choca con la que se atribuye al gobierno de Mauricio Macri, que apuesta a un reparto salomónico para no quedar mal con ninguna de las tres compañías. Fernando Marín, ahora ya sin el cargo de coordinador del Fútbol para Todos, sigue tratando de condicionar la decisión de los dirigentes en ese tema. “Los llama, habla con ellos…”, dijo otra fuente que no es Russo. 

Así como el Gobierno quiere influir en una operación entre privados, Clarín se arroga el papel de árbitro en la nota que TSC le envió a Turner. Y lo hace con una velada amenaza cuando dice que le garantizará a la cadena de EE.UU. que la explotación plena del segmento Premium y PPV (Pay per view) “no se verá obstaculizada, obstruida ni impedida de modo alguno por la demanda promovida por TSC”. En rigor, el grupo que encabeza Héctor Magnetto apuesta a ese sistema diferenciado para colocar el fútbol entre sus clientes. Que pague el que quiera ver. Pero lo hace montado sobre los 3.526.200 de abonados que tiene en el país y su filial uruguaya, según cifras del tercer trimestre de 2016. Su estrategia comercial no coincide con la de ESPN, que querría “pasar todos los partidos por el abono básico del cable y cargarle el costo final a Clarín, encareciendo el producto”, dice una fuente cercana a Fox-Turner. Cablevisión, con alguna promoción en el medio, está cobrando su abono de cable este mes a razón de 645 pesos por hogar. Poco más de 40 dólares al cambio vigente.

El gran negocio de las empresas que aspiran a manejar los derechos audiovisuales pasa por el cable y otras plataformas multimedia –Argentina es el tercer país de América latina en cantidad de abonados, solo por detrás de Brasil y México–, pero no debe soslayarse la producción de contenidos basados en nuestro vapuleado deporte. Ahí es donde juega su partido el socio menor de Clarín, la productora Torneos y Competencias, que le adelantó dinero a la AFA para que los futbolistas levantaran el paro. Su competencia en este rubro, en la forma de llevar el producto a la pantalla, deja la puerta abierta para que sean considerados todos los interesados en brindar servicios. 

El CEO de Mediapro, Josep María Benet, estuvo en Buenos Aires hace pocos días junto a Jorge Valdano. Dijo en una reunión con periodistas: “Lo que hacemos mejor es hacer televisión, es hacer contenidos”. También admitió que son “muy desconocidos” en Argentina pero que quieren “crear un canal que se dedique exclusivamente a distribuir el producto en absolutamente todas las plataformas que compiten. Nuestro primer interés no es hacer abonados a una plataforma digital, o a un operador de telefonía, o a un operador de cable”. Es una idea que se asemeja al modelo de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile, que tiene su propio canal.

Cuando sólo existía la propuesta económica de Fox-Turner y apareció ESPN como competidor –a principios de diciembre del año pasado– los dirigentes se entusiasmaron. Claudio Chiqui Tapia, el virtual futuro presidente de la AFA, había tuiteado: “Auspicioso recibir el contacto con Guillermo Tabanera de ESPN y poder planificar en la semana gestiones para los Derechos de TV del fútbol”. En ese momento eran dos oferentes, después fueron tres. 

La AFA ahora tiene que resolver qué propuesta la seduce más, pero no se trata de una elección cualquiera. En el afán por recaudar a ciegas, no cuidar ni controlar la plata y vivir de prestado, primero se asoció con aquel Torneos y Competencias de Carlos Avila el 28 de junio de 1985, después con TSC o Clarín el 19 de abril de 1991 y por último con el gobierno de Cristina Kirchner el 1° de septiembre de 2009 (la fecha en que el Fútbol para Todos se publicó en el boletín oficial). Será esta la cuarta sociedad en casi 32 años. Apenas una cuarta parte de ese tiempo duró el vínculo con el Estado. Si los clubes están mal o son deudores crónicos en general, habría que estudiar y después analizar ese largo período en que ganó la televisión y perdió el fútbol.

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Facsímil de la carta de TSC (donde son socios Clarín y TyC) a Fox-Turner a propósito del juicio a la AFA.