“La idea de adherir al paro, que cada año es más convocante y si las cosas no cambian va a ser cada vez mayor, es imprescindible. Si esto sigue así, con los índices de violencia desenfrenada, va a ver un momento en el que se va a parar el mundo. Esperemos que no llegue ese momento. Pensaba en por qué de estas luchas y en por qué sostener estos signos, y tiene que ver con que los feminismos están comprometidos en dar una pelea por lo vital, por sostener la idea de una vida vivible, de una vida digna de ser vivida. No veo otros movimientos políticos tan masivos, tan convocantes, con tanta pregnancia, que tengan ese ese compromiso. Las organizaciones que sostienen el sistema en el que vivimos, el capitalismo, se movilizan siempre cuando hay algo vinculado la muerte. Ahora lo vemos claramente con el coronavirus: todo el mundo reacciona frente a la idea a la posibilidad de la finitud, de la muerte, pero frente a los horrores que vivimos cada día, lo que soportamos cotidianamente todos, siendo oprimidos por este sistema, pareciera que no genera tanta reacción”.